Luis Alberto Banda, es profesor de Educación Física, entrenador de fútbol y maestro de artesanías en la comunidad de Bermejillo en Mapimí, Durango.
Desde pequeño se imaginaba como entrenador, hasta que pudo hacerlo realidad e ingresar a la universidad en la Escuela de Licenciatura en Educación Física de Lerdo, Durango.
Así, siguió el consejo y los pasos de sus padres y cuenta con poco más de 10 años de experiencia.
Comparte que se sintió todo un profesor desde antes de egresar de sus estudios profesionales, pues ya daba clases a niños de preescolar, aunque sea pocas horas a la semana.
“Antes de estudiar esto parecía que sería sencillo, sin embargo ya adentro fue muy diferente pues no solo vemos deporte sino hasta astrología, el desarrollo infantil y teorías sobre la educación”, comentó.
Además de desempeñarse como entrenador de fútbol para el centro educativo HECAT de Torreón, es parte del personal administrativo de Escuela Secundaria Técnica número 15 de la comunidad de Bermejillo en Mapimí, Durango.
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Fue en esa Secundaría donde compartió con los jóvenes su habilidad para elaborar manualidades como pulseras, collares y anillos con una clase de artesanías, esto con el fin de que conociera una forma de producir accesorios que después podrían vender.
“Bermejillo es una comunidad donde no hay las mismas oportunidades para los estudiantes que en una ciudad, por eso decidí empezar a enseñar las artesanías que yo sabía hacer para que por lo menos supieran hacer algo que podrían sacarle provecho.Aprovechando que es una comunidad minera, les agregamos piedras o cuarzos que salían de algunos lugares del municipio como del Puente de Ojuela”, aseguró.
Comparte que la forma de impartir educación física en la actualidad es muy diferente a la de hace décadas en donde se implementaba dicha enseñanza con tintes militares y con disciplina, en cambio, señala que ahora se pretende que el alumno aprenda jugando y conociendo los beneficios que tiene cada ejercicio.
Respecto a las altas cifras de obesidad infantil en México, acepta que ellos como profesores de educación física tienen la responsabilidad de poner ‘en forma’ a los alumnos, aunque asegura que todo recae en los padres.
“La mayor satisfacción de mi trabajo es ver a los alumnos emocionados y más, cuando muestran sus habilidades físicas en algún deporte en el que aplican lo aprendido en las dinámicas en las clases o entrenamientos”, compartió.