El aroma dulce se percibe desde varios metros a la distancia. Quienes caminan el centro de Torreón de manera frecuente y pasan cerca de la calle Ildefonso Fuentes saben de qué se trata en esta época: una tradición que cada año ocupa un puesto casi en el cruce con la avenida Juárez.
El negocio de venta de hot cakes que la familia de Carlos Rafael Hernández ha mantenido por más de seis décadas como parte del Mercadito Navideño tiene un efecto único, pues traslada a la infancia a más de uno, incluido a él quien se remonta a sus 12 años cuando acudía con sus padres.
Tiene presente cómo recorría durante una buena parte de los días de noviembre y diciembre el resto de los puestos imaginando cómo pasaría la Noche Buena y la Navidad.
“Venía aquí con mis padres a llenarme del espíritu navideño tanto por los snacks y los juguetes artesanales que en aquel entonces vendían. Me imaginaba las posadas con los misterios, las esferas, las veladoras, las luces de bengala y en aquel entonces se vendía mucho”.
En aquellos años el negocio de los hot cakes floreció y con el paso del tiempo adquirió una presencia envidiable y una receta que ha pasado por tres generaciones.
Carlos y su familia son comerciantes de toda la vida. Son referente dentro del Mercado Juárez que tiene la misma edad de la ciudad y donde sus padres fabricaban mermeladas que sirven como un ingrediente clave del postre, aunque con los años el comercio se transformó para vender banderillas, tamales, gorditas de cocedor e incluso reparar celulares ante la situación complicada que se vive por la economía.
“Tenemos ya más de 60 años en este negocio que iniciaron mis padres en el mercadito, me dejaron a mí la receta y le puse algunos ingredientes para mejorar un poquito, lo cual creo que ha resultado porque son de los preferidos en esta temporada”, afirma.
La mitad del tiempo de estos famosos hot cakes ha estado dirigido por Carlos, quien ahora instruye a un hijo para la preparación de los panes y afirma “se quedará con el negocio”.
El aroma dulce no es nada discreto y coincide en que por eso quien transita por el centro de Torreón no puede resistirse a probarlos.
“Los olores son característicos y son los más navideños que hay ahorita, pues a la gente le atrae el olor y es casi una ley que si viniste al mercado y no comiste uno es como si no hubieras estado aquí”.
La diferencia de este año a otros es que se nota una menor afluencia de compradores y los puestos de comida, incluido el de hot cakes, tuvieron que delimitar espacios y colocar plásticos que evitaran el contacto y fomentar la sana distancia para prevenir contagios por el coronavirus.
“Este año esperamos como comerciantes que lo perdido aparezca”, dice con relación a la postergación que hubo para su instalación por la contingencia sanitaria y la cancelación de las peregrinaciones guadalupanas que le inyectaron por años vida al mercadito, aún en los tiempos más difíciles de inseguridad que se vivieron entre 2007 y 2013 por balaceras en el sector.
El sabor casero
La preparación de los hot cakes más navideños de Torreón no lleva mucho tiempo. Al menos no para Carlos Rafael y su familia que en menos de 10 minutos despachan un par de pedidos.
Lo que sí refleja es un talento al momento de cocinarlos. Darles forma no es sencillo y menos calcular el tiempo necesario para evitar que se quemen, pero que al reaccionar con el comal emitan el aroma dulce que encanta a más de uno.
Luego viene la colocación de los aderezos que representa el mayor atractivo para quien acude o pasa cerca del negocio.
“La cajeta es lo más tradicional, la fresa o la guayaba que nosotros preparamos, pero también está la piña, el chocolate, el maple, la lechera o la nutella que por cierto lo hace un poquito más carito, pero ya es uno de los favoritos de la gente”, resalta.
El comerciante afirma que, aunque la situación es difícil por la pandemia, tienen confianza en que los laguneros acudan a consumir tanto sus postres como la demás mercancía que venden sus compañeros y que va desde pinos navideños hasta figuras para nacimientos.
“Tenemos la suerte de que el mercado tiene una proyección a nivel regional muy grande y esperamos a que la gente concurra para hacer sus compras precisas, es decir, que llegue por lo que ya tiene pensado llevar y en esta ocasión desafortunadamente no va haber oportunidad de dar la vuelta con la familia”.
Tradición contra la pandemia
- El Mercadito Navideño de Torreón celebra casi siete décadas de vida de una manera atípica por la pandemia por el covid-19, la cual puso en riesgo su instalación.
- Tras diversas pláticas con las autoridades sanitarias lograron acordar un protocolo que permitiera abrir de manera más segura y prevenir contagios del nuevo coronavirus, aunque nada más la mitad de sus 107 locales podrán operar en esta ocasión cumpliendo con las medidas como la sana distancia.
- La instalación de las estructuras comenzó el fin de semana pasado y los locatarios empezaron a vender sus productos a partir del martes 24 de noviembre, es decir, 19 días después del plan original para aprovechar la campaña comercial de El Buen Fin.
- Los negocios de comida también operan de manera tradicional, entre ellos el de venta de hot cakes que representan un referente obligado para quien acude al mercado, aunque todo es para llevar.
CALE