“Michoacán, la empresa más grande de sicariato del país”: Padre Goyo

El sacerdote suspendido asegura que el obispo Cristóbal Ascencio García tiene 10 camionetas Ford Ranger, que le dieron Los Viagras a través de Silvano Aureoles.

Especial
Michoacán /

En Michoacán existe la empresa más grande de sicariato del país y la han financiado los políticos. Si no fuera por ellos, la delincuencia no habría echado raíces en la entidad y no se viviría la violencia crónica que padecen municipios como Apatzingán, sostiene el sacerdote Gregorio López Gerónimo, activista contra el crimen organizado y líder social que desde hace años ha denunciado la inseguridad en el estado.

Conocido como Padre Goyo, recuerda que en Michoacán han gobernado la mayoría de los principales partidos. Antes el PRI y el PRD, y hoy Morena. El ataque a la localidad Loma de Los Hoyos, en Apatzingán, es el último episodio de la violencia cotidiana en la Tierra Caliente, asegura.

El 'Padre Goyo' fue separado de la iglesia por su activismo | Cuartoscuro

En 2020, el sacerdote Gregorio López fue suspendido indefinidamente de sus actividades dentro de la Iglesia católica “por faltas graves a los estatutos del clero y a su labor sacerdotal”, según el documento que estaba firmado por Cristóbal Ascencio García, obispo de la diócesis de Apatzingán.

Fue una consecuencia, apunta, por su activismo contra el crimen organizado y su respaldo a los grupos de autodefensa que surgieron en Michoacán en 2013. Hoy es presidente del colectivo El Buen Samaritano de Apatzingán, organización que brinda apoyo a los desplazados.

“Me suspendieron”, asegura, “porque toqué los cayos a quienes están apadrinando a mi obispo Cristóbal Ascencio García, quien tiene 10 camionetas Ford Ranger, que le dieron Los Viagras a través de Silvano.
“En todas partes está el crimen organizado. En la Iglesia católica, a los jerarcas les han comprado el silencio. Les han puesto un bozal. Por otro lado, nos han asesinado a cinco sacerdotes. La delincuencia organizada no está con las manos cruzadas. A mí me han amenazado. Estoy suspendido porque empecé a atacar a Silvano, que era muy amigo de mi obispo. Me quisieron callar, porque él quería ser presidente del país.
“En la arquidiócesis de Apatzingán también hay complicidad. La delincuencia tiene maneras para que te vuelvas parte. Con donativos, por ejemplo”.

Recientemente se reunieron el gobernador y Cristóbal Ascencio para “coordinar trabajos para el común de la población”.

—No son acuerdos para la paz. Son acuerdos de silencio, de complicidad. Si el obispo pacta con él gobernador, está en la misma situación.
“Se debe de decir fuerte: la delincuencia organizada penetró a toda la sociedad. Ha rebasado a todas las instituciones: de seguridad, políticas, religiosas. Llegaron Los Templarios, después de La Familia Michoacana, y esos compas ya tenían copadas la economía, la política, la justicia, la educación y quisieron también entrar en el tema religioso. Hicieron un cártel con una gran injerencia social, con raíces en la estructura y tejido social.
“¿Querrá el presidente acabar esto con estrategias? Lo que tiene que hacer es penetrar en ese tejido social e involucrar a los ciudadanos sin armas para que se quite este virus”.

Alguna vez participó en los grupos de autodefensa. ¿El camino ya no son las armas?

Nunca fui partidario de las armas. Participé en las autodefensas en una organización que se llamó Ciudadanos Responsables de Impulsar el Sano Tejido del Orden Social (CRISTOS). Nunca he disparado una bala, pero he lanzado dardos con la verdad en torno a la justicia y la paz. Me he enfrentado al gobierno y la delincuencia.
“En El Buen Samaritano nos dedicamos a atender a los huérfanos, a las viudas, desplazados y migrantes. Tenemos decenas en la frontera, en 14 albergues. Atendemos a las víctimas. El trabajo del gobierno es atender a los victimarios. Le pregunto a López Obrador y al gobernador cuántos victimarios han detenido. Yo les doy los nombres y les digo dónde están ubicados, porque la gente nos filtra la información de donde se encuentran escondidos o haciendo de la suyas”.

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“Pactaron con la delincuencia”

El Padre Goyo dice que la profecía de Hipólito Mora, fundador de los grupos de autodefensa en 2013 en el estado y asesinado el 29 de junio pasado, fue que el día que los delincuentes terminen de apadrinar a los delincuentes se acabará la delincuencia.

“Entonces, primero deben de reconocer su error porque pactaron con la delincuencia. Y eso es pactar con el diablo, así lo dice el papa Francisco”, indica.

Los ataques con drones se han convertido en una violencia constante en la zona.

Mientras se pasean las corcholatas por el país, aquí el trabajo lo hacen los delincuentes. Una de las teorías es que el presidente municipal de Apatzingán, José Luis Cruz Lucatero le vendió la plaza a un cártel. Después le vendió la misma burra a otro compa.
“Entonces, ya se andan agarrando a moquetazos entre ellos porque cada quien dio su sueldo. La seguridad pública municipal está en manos de la delincuencia.

Los policías no son guardianes, son sicarios. Estamos viendo el pacto de Morena con la delincuencia organizada”.

Algunas autoridades se coluden porque hay mucho de por medio, por ejemplo, el boom de drogas sintéticas como el fentanilo.
Así es. Es una crisis de antaño. Un hombre que hizo un gran negocio aquí pero que no se le ha tocado para nada ni se ha mencionado, es Alfredo Castillo (designado en 2014 titular de la extinta Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán). Él fue también quien gestó a toda esta delincuencia organizada y le dio autoridad. La conectó con altos mandos, les enseñó a ser delincuentes con credencial, pero a ese fulano nadie lo ha llamado a cuentas, aunque se llevó millones de dólares. Servando Gómez La Tuta misma le pagó para que no lo persiguiera. Hoy las fiscalías están llenas de gente de él, corrupta a más no poder.
“Michoacán en una mina en todos los sentidos. Es un lugar estratégico. Estamos cerca de la capital. Contamos con uno de los puertos más grandes de toda América, el puerto Lázaro Cárdenas, donde llegan los precursores químicos para las metanfetaminas. Toda la cuenca de 157 kilómetros de la Sierra Madre del Sur tiene maderas finas que son explotadas y enviadas hacia el oriente. También son robados los minerales. A Leonel Godoy le conviene. Si fuera todo lícito no ganaría nada, pero si es a través de la delincuencia organizada, la cosa cambia”.

El PRD sembró la raíz

Gregorio López Gerónimo enumera a quienes él considera responsables: los ex gobernadores Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Godoy, Fausto Vallejo y Silvano Aureoles, y al actual gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla.

“Son cinco delincuentes. El partido que sembró la raíz de la delincuencia en Michoacán fue el PRD, con Lázaro Cárdenas Batel y Godoy. Son ellos quienes empoderaron a los delincuentes. Les dieron autoridad”, dice.
“Primero, Cárdenas Batel (quien hasta marzo pasado fue coordinador de asesores del presidente) y después Godoy (hoy diputado federal por Michoacán) contribuyeron al poder que obtuvo La Familia Michoacana.
“Desde que fue gobernador, Godoy no ha dejado de ser interlocutor, actor y mediador con la delincuencia. Involucró a Silvano en temas delincuenciales. Me espanta que ahora estén con AMLO. Él y Cárdenas son jefes delincuenciales”, afirma.

Nombra a Fausto Vallejo, quien renunció en 2014 al cargo de gobernador con el argumento de problemas de salud. 

“Él, junto con Nazario Moreno, forman Los Caballeros Templarios. Luego llegó Silvano y con él Los Viagras. Cada uno ha tenido su propio cártel, los cuales obtienen jugosas ganancias del secuestro, robo y extorsión”.

Si ese es el historial, ¿cuál es la situación actual de Michoacán?

Alfredo Ramírez Bedolla es el cuasigobernador porque él nunca ha sido gobernador. No gobierna. El que gobierna es el crimen. Él ya tenía un pacto y atrás de ese pacto se encuentra el hoy consejero de López Obrador: Leonel Godoy, quien el domingo pasado (9 de julio) acompañó a Adán Augusto López en su visita a Apatzingán.
“Tanta es la degradación que la suegra del jefe de plaza, Isabel Torres Sánchez, le levantó la mano, a esta corcholata mohosa. Es un cinismo de ese tamaño. Adán Augusto no lo sabía, pero sí Leonel Godoy. El cártel de Morena ha permitido que la delincuencia entre hasta la médula. El gobernador está implicado hasta la médula.
“Hoy la Secretaría de Seguridad Pública del estado no tiene ninguna autoridad en Apatzingán. Me sorprende que el gobernador diga que la seguridad está bajo control en el municipio, cuando hay ataques con drones, incendios, muertos y decapitados por todos lados, todos los días. Solo hablo de un municipio, pero en el resto, 112, incluida la capital Morelia, también hay muertos.
“Las autoridades protegen a los delincuentes. He denunciado públicamente a José Alfredo Ortega Reyes, quien es el jefe de seguridad estatal, porque él es el protector directo de Los Viagras”.

FR 

  • Guillermo Rivera
  • Guionista y periodista. Autor de investigaciones y crónicas que se han publicado en diversos medios, como 'Milenio' y Televisa. Reconocido dos veces con el Premio Nacional de Periodismo (2016 y 2023) y nominado al Premio Gabo.

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