El padre Mateo Calvillo Paz, de la Arquidiócesis de Morelia, fue agredido por civiles que hirieron gravemente al sacerdote en Queréndaro, Michoacán.
A través de una carta dirigida a los medios de comunicación, el sacerdote detalló la agresión en su contra.
“Las cosas sucedieron en tres minutos, fue un ataque profesional: me bloquearon el carro, me agredieron a golpes, el agresor debió ser un sicario”, acotó.
Los golpes le destrozaron la cara al sacerdote. Después de sufrir la agresión, Mateo Calvillo pidió ayuda a la Iglesia de Queréndaro, con el cura Rafael Juárez. En el lugar recibió atención médica y fue dado de alta. Ya se recupera en su hogar.
El religioso dijo que el ataque “le salió barato”, si se recuerda el asesinato de los sacerdotes jesuitas en Chihuahua y de las tantas muertes y masacres en México.
Mateo Calvillo expresó sentirse honrado de ser hermano de todas las víctimas de la violencia, de todos los inocentes que el presidente Andrés Manuel López Obrador, según el sacerdote, no defiende porque “anda dando abrazos a los asesinos y protege a los narcos porque también son seres humanos”.
El sacerdote dijo tener tres clamores: que las personas cuiden sus pasos tomando distancia de las bandas y recogerse en su casa; valorar al gobierno que cumpla con su deber y por último, convertirse a Dios.
Por último, Calvillo Paz ya fue dado de alta de la clínica donde recibía atención médica y se recupera en su hogar.
Mientras tanto, la Fiscalía estatal inició las investigaciones correspondientes a fin de esclarecer este hecho.
JLMR