El sacerdote Mateo Calvillo, quien fue golpeado presuntamente por un sicario en Michoacán, narró que su agresor lo detuvo cuando se dirigía de regreso al municipio de Queréndaro y lo acusó de haber atropellado a un perro, para después pegarle directamente en la cara.
En entrevista con Azucena Uresti, para Grupo Fórmula, el sacerdote detalló que la agresión ocurrió cuando circulaba en su auto la tarde-noche del miércoles y otro automovilista le interceptó el paso.
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Al detenerse, un hombre de aproximadamente 1.90 metros descendió del auto y se le acercó, reclamándole que supuestamente había atropellado a un perrito.
Posteriormente, lo obligó a bajar del auto y le pegó directamente en la cara.
"Ocurrió el miércoles, ya oscureciendo, yo venía del oriente, entrando a Queréndaro, una persona me rebasó, iba en el coche, bajó un tipo como de 1.90, era un sicario, muy profesional, me dijo una incoherencia de un perrito y me golpeó en la cara. Dijo que yo había atropellado a un perrito", platicó.
Resaltó que el hombre no le robó ninguna de sus pertenencias; sin embargo, acudirá a a Fiscalía General del Estado para formalizar la denuncia.
Reiteró que no considera que lo hayan golpeado por su labor como sacerdote ni como periodista, al ser columnista de un medio de la Iglesia.
Asimismo, destacó que ya se encuentra en mejor estado de salud y fuera de peligro.
El sacerdote dijo que la ciudadanía está expuesta a este tipo de agresiones, por lo que hizo un llamado a la población y a los miembros de la Iglesia en general a tener precaución y cuidarse.
"Es la suerte de los ciudadanos a la que estamos expuestos (..) quise hacer ruido para decirle a los sacerdotes: cuídense, por favor cuídense, porque esto les puede pasar a ustedes, pero espero que no", afirmó.
FLC