Un contingente de aproximadamente mil migrantes, integrantes de la caravana denominada La Peregrinación, protestó la mañana de este viernes en la plaza central del municipio de Pijijiapan, Chiapas, una localidad clave en la ruta migratoria de la frontera sur de México.
La caravana, conformada por personas de origen venezolano, hondureño, salvadoreño y de otras nacionalidades centroamericanas y extracontinentales, partió durante la madrugada del 12 de diciembre desde Tapachula.
Este grupo es el segundo en decidir caminar de noche y descansar de día, como respuesta al hostigamiento del Instituto Nacional de Migración (INM).
Con pancartas en mano, los migrantes exigieron a la presidenta, Claudia Sheinbaum, su intervención para detener la persecución en su contra y solicitaron un salvoconducto que les permita regularizar su estancia en México.
Asimismo, demandaron autorización para transitar libremente hacia la frontera con Estados Unidos.
Hasta el momento, los integrantes de la caravana llevan nueve días caminando, recorriendo aproximadamente 148 kilómetros desde su salida de Tapachula.
Entre ellos se encuentran niñas, niños, mujeres y hombres, quienes enfrentan condiciones de salud críticas, como llagas en los pies, signos de deshidratación y agotamiento extremo debido a las altas temperaturas de la región.
Los migrantes también expresaron su preocupación por la falta de apoyo para garantizar un trayecto seguro a lo largo de la carretera costera de Chiapas. Señalaron que, a diferencia de otras ocasiones, no cuentan con acompañamiento de elementos de seguridad.
Esta ruta, aunque es una de las más transitadas por migrantes, también es de las más peligrosas debido a la presencia de cárteles que operan en la zona.
Por otra parte, durante la madrugada, otra caravana llegó a Huixtla. Este grupo partió de Tapachula en los primeros minutos del pasado lunes y también busca llegar a Estados Unidos, enfrentando los mismos peligros y el acoso de agentes migratorios.
MO