Su primer telescopio fue el pretexto perfecto para hacerlo voltear al cielo y observar de manera detenida todo el cosmos. Su creatividad y fascinación por los telescopios y la instrumentación lo ha llevado a conocer diferentes partes del mundo en busca de mejores lugares para observar el universo y detectar sus ondas.
Es José Miguel Jáuregui García, torreonense de 39 años de edad, quien ha estado más de la mitad de su vida enfocado en la observación y el estudio astronómico, con el apoyo de grupos en la región lagunera, que resultó una mancuerna entre profesionales y aficionados a la astronomía.
En la actualidad colabora con la Universidad de Toronto en Ontario, Canadá y trabaja en un proyecto para financiar el diseño de 10 mil antenas de radiotelescopio, que se utilizan para detectar y medir interferencia de ondas de radio en el espacio. Comparte que ahora es posible interconectar tantas antenas como sea posible para amplificar su potencia en una sola.
Fundador del Grupo Astronómico de Gómez Palacio
Aún era adolescente y le tocó ser parte del equipo fundador del Grupo Astronómico de Gómez Palacio, creado en 2009 a partir de la Sociedad Astronómica de La Laguna (SALAG), que empezó a tener reuniones en Torreón en 1991 a raíz del gran eclipse solar, y que por la inseguridad que imperaba decidieron abrir otro grupo en la ciudad vecina.
Instrumentación y radioastronomía en su vida
Su aventura profesional en el ramo astronómico inició con estudios universitarios en electrónica por el Instituto Tecnológico de La Laguna (ITL), una maestría en Instrumentación Electrónica, para después adentrarse de lleno a la instrumentación en su doctorado en Astrofísica por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) en Puebla.
Así, se especializó en la tecnología de las observaciones astronómicas y el estudio de los telescopios, pero ¿qué es la instrumentación astronómica? “La instrumentación toca la parte de lo que hace un técnico o ingeniero para antenas de celulares, pero en la astronomía es aplicado para observar el cielo. Se pueden tener imágenes de algún espectro o imágenes más completas de lo que está ocurriendo con cierta estrella, nebulosa o galaxia”.
Destreza mexicana en la astronomía
Dentro de su proyecto para financiar la instalación de 10 mil antenas de radiotelescopio acepta que, aunque resultara complicado conseguir el recursos, lo que pretende es buscar la manera “a la mexicana” de que sea con las tres “B”, bueno, bonito y barato.
“El ingenio mexicano es valorado en el ramo astronómico a nivel internacional. Lo que tenemos en México es que no hay mucho financiamiento y si algo falla hay que hacerlo funcionar ‘a la mexicana’. Buscamos partes de aquí y de allá, ponemos otros componentes. Ha servido en las antenas porque se requiere hacerlo más barato. A los mexicanos nos sale natural eso de decir ‘está muy caro’ aquí no lo compro, pero en otros lados es lo que cuesta y lo pagan”.
Tiene claro que dentro de la investigación y la innovación, los errores que se llegan a cometer no son del todo malos, sino que se convierten en escalones de aprendizaje que permite crecer profesionalmente.
“Lo que busca un telescopio no es tanto amplificar una imagen, sino captar objetos más tenues, por eso se ven telescopios cada vez más grandes. Supongamos que cuando llueve ponemos una tina para agarrar agua, entre más grande sea la tina más acumularemos. Entre más grande es el telescopio se puede conectar más luz y más radiación se percibe”.
¿Por qué te gustó la astronomía?
“Fue de rebote. A los 12 años mi abuela materna me regaló un telescopio. Los fines de semana terminaba mi tarea temprano y si no tenía nada qué hacer, me ponía en el patio de mi casa a ver qué se veía. Luego mi hermano me llevó un mapa que compró en la feria y con ese mapa observé más y empecé a ir a las pláticas en el centro Pablo C. Moreno”.
¿Cómo describes a la astronomía en tu vida?
“La astronomía es como mi segunda familia. Me ha tocado conocer gente de muchos lados, me encanta la comida y cuando me toca compartir casa aprendo a cocinar algunos platillos de diferentes países. Es muy bonita la parte matemática y los cálculos, pero hay mucha interacción y camaradería porque todos buscamos los mismos objetivos”.
EGO