El mono capuchino de garganta blanca que se encuentra en cuarentena en el zoológico de Chapultepec tendrá una madre adoptiva, si la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), decide dejarlo en esas instalaciones al término de su recuperación, informó a MILENIO, Claudia Levy, directora general de Zoológicos y Vida Silvestre de la Ciudad de México.
“Tenemos una hembrita de edad avanzada, que esperamos el acoplamiento sea con ella para que se sienta resguardado, acompañado y ella pueda entrenarlo a hacer las cosas que hace un mono”, indicó.
La funcionaria destacó que el ejemplar tiene aproximadamente un año y medio, por lo que se trata de una cría, “lo que implicaría que estuviera en un grupo familiar, protegido por los monos adultos”.
Por ello, la opción más viable es mantenerlo en la zona de exhibición del zoológico denominada Copa de Árbol, junto a una mona de su especie de mayor edad.
“En este momento estamos haciéndole también algunos exámenes clínicos en el área de hospital para asegurarnos que ella también está en perfectas condiciones y que va a acoplarse con la cría”.
Levy señaló que los hábitos alimenticios que este ejemplar obtuvo durante su deambular por los árboles de la ciudad le dejaron algunas deficiencias de salud, por lo que el principal reto durante la cuarentena es que el mono acepte una dieta sana, y aprenda a comer alimentos basados en fibra y proteína que necesitan los primates.
“Está monitoreado las 24 horas del día en el área de cuarentena y sí está activo, respondiendo a la dieta, que eso también nos preocupaba mucho, porque cuando llegó tuvimos que someterlo a una dieta porque consumió galletas, tamales y un poco de fruta. Incluso, llegó aquí eliminando glucosa por la orina, lo que nos indica que estaba recibiendo una dieta muy alta en carbohidratos”.
Además, los primates que son usados como mascotas suelen improntarse muy rápido, es decir, acostumbrarse a los humanos y tratar de imitar sus hábitos, lo cual es seriamente dañino para ellos.
“Los primates en particular, cuando son mantenidos como mascota o animal de compañía dentro de la casa, les generamos un gran daño, sobre todo a nivel conductual, porque se sienten un integrante más de la familia”.