La tensión entre pobladores de Amilcingo, Morelos creció luego de un apagón durante el velorio del activista Samir Flores.
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Los accesos del pueblo, donde mataron a Flores la madrugada de este miércoles, se encuentran restringidos por barricadas y rocas colocadas por integrantes del Frente Popular en Defensa de la Tierra.
El cuerpo de Samir Flores llegó a Amilcingo, municipio de Temoac, Morelos, poco después de las 17:00 horas.
Minutos antes, el pueblo lucía casi desierto. Los pocos que transitaban por las calles, en su mayoría de terracería, hablaban del “difuntito”.
“Era muy bueno con todos, hablaba por la radio y era duro contra el gobierno, hablaba muy bien”.
Samir, de 30 años, fue asesinado a no más de 20 metros de la entrada de su casa, una calle sin pavimentar, en donde ahora hay veladoras, flores y un pequeño altar que, con piedras de río, delimita el punto exacto donde cayó.
Al anochecer la comunidad salió de sus casas para acudir a la asamblea, pero un apagón los obligó a caminar en total oscuridad.
Algunos con una vela, otros con celulares buscaron llegar a su destino. “Es el gobierno, es la Comisión Federal de Electricidad”, acusan a su paso. “Nos quieren amedrentar, pero no lo lograrán”, reclaman, en medio de un tumulto que se dirige a la plaza.
Durante el día, dos patrullas de la policía estatal de Morelos se mantuvieron afuera de Amilcingo, a 50 metros de la primera barricada, pero al caer la noche se retiraron.
bgpa