El motor vuelve más amable sacar ixtle de la lechuguilla...

Nacer y vivir en las zonas desérticas y pobres de Nuevo León es como morir un poco cada día para ganar el pan.

Alimentando el molino tallador con las hojas de la lechuguilla frescas, para aprovechar al máximo la fibra
La fibra recién obtenida de las hojas de la planta tienen aún su color verde y grandes concentraciones de agua.
El proceso de secado al sol para lograr su deshidratación total es parte de los secretos para obtener ixtle de buena calidad
Javier Sepúlveda
Monterrey /

Un viejo oficio de las zonas frías y desérticas de Nuevo León. ¿Quién puede vivir ahí y tener esperanzas de progreso? Solamente las familias más pobres que no tienen muchas opciones para sobrevivir, ante la imposibilidad de hacer florecer la agricultura y la ganadería.

Si acaso, unas cabras monteses para la leche y la carne son parte de su patrimonio.

Pero el oficio que por décadas o tal vez siglos les da de comer, es la talla de lechuguilla para obtener el preciado ixtle con el que fabrican sogas, estropajos, brochas y ya con mayor tecnología, hasta tapetes y cepillos que requieren procesos industriales a los que ellos no tienen acceso.

Por lo pronto, se nota que la tecnificación llegó a las zonas áridas, con una talladora de lechuguilla mecánica movida por un motor eléctrico. La producción mejora. Habrá que enseñarles todas las posibilidades del ixtle...

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