Don Óscar Gordillo, padre de la mujer que murió por asfixia junto con su esposo e hija el pasado 14 de junio tras refugiarse en su automóvil por la falta de luz en su domicilio en Tabasco, responsabiliza a la Comisión Federal de Electricidad por el fallecimiento de su hija, su yerno y su nieta.
Gabriel Ramírez y Beatriz Gordillo junto a su pequeña hija Suyaitais de 8 años de edad, eran originarios de Pichucalco, Chiapas y llegaron a vivir a Tabasco en mayo, con la alegría de iniciar nuevos proyectos, conocer gente nueva y hacer buenas amistades.
Disfrutar su nuevo hogar que durante un año construyeron en el callejón "3 hermanos" en la ranchería Anacleto Canabal segunda sección, solo les duró un mes, pues nunca imaginaron que serían víctimas de constantes apagones que los dejaron sin luz casi 8 días, por lo que decidieron dormir dentro de su automóvil con el aire acondicionado, pero en el transcurso de la noche, el auto se apagó y terminaron falleciendo por asfixia.
A ella (Beatriz), solo le sobrevive su padre, Don Óscar, quien radica en el municipio de Pichucalco y sacando fuerzas de su interior se hizo al frente del sepelio de su hija, su yerno y su nietecita.
Don Oscar fue el primero en ver la triste escena en el garaje de la casa de su hija, pues fue un familiar de ellos y vecina del joven matrimonio, que le dio aviso de que ya hacía un par de días no veía a Beatriz ni a su esposo, llamaba a la puerta y a los celulares, pero nunca obtuvo respuesta lo que le causó una gran preocupación.
Por esta razón, Don Óscar se trasladó de Pichucalco al municipio de Centro, en dónde buscó en recamaras y resto de la casa sin encontrar nada, pero fue al llegar al garaje que su corazón se quebró en mil pedazos.
"Ya mi hija se murió, con que yo ponga una demanda y le ganó una demanda a la Comisión Federal me van a devolver a mi hija, entonces ¿para qué? como dice el dicho para que tanto brinquito si el suelo está tan parejo", dijo después de haber dado cristiana sepultura a sus seres queridos.
Invadido por el shock de la escena y con el apoyo de sus familiares, don Oscar trasladó los cuerpos de su yerno Gabriel quien era contador de profesión, de su hija Bety y su pequeña nieta hasta el municipio de Pichucalco, dónde la tarde del jueves le oficiaron una misa y posteriormente les dieron cristiana sepultura en el panteón central.
El matrimonio conformado por Gabriel y Bety, también reportaron las fallas de energía eléctrica a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero nunca recibieron respuesta y fue el mismo día que se descubrió la tragedia que la empresa fue a sustituir el transformador dañado, por el que ellos tres perdieron la vida.
MO