Los primeros rayos de sol apenas iluminaban las calles de la colonia Álamos Country en Los Mochis cuando la tranquilidad matutina fue rota por un estruendoso impacto; un sedán gris oscuro, manejado a exceso de velocidad, embistió violentamente a Ricardo Antonio, un joven motociclista que, como todos los días, realizaba su jornada de trabajo repartiendo tortillas.
El impacto fue brutal. Ricardo, de 29 años, fue lanzado varios metros adelante y quedó tendido en la calle mientras el vehículo responsable huyó rápidamente sin siquiera detenerse, sin embargo, elementos de Tránsito realizaron una rápida búsqueda y lograron encontrar el auto estacionado en el interior de un domicilio cercano.
La conductora del vehículo, Alejandra Anahí, había logrado resguardarse en su hogar. Los testigos afirmaron que la mujer parecía estar en estado de ebriedad y que llevaba a su hija de 10 años en el automóvil en el momento del accidente. Los oficiales de Tránsito no pudieron hacer más que dar aviso a la Fiscalía General del Estado.
Mientras tanto, Ricardo, un padre de familia dedicado que mantiene a su esposa embarazada y su hijo menor de edad vendiendo tortillas en moto por la mañana y como ayudante en una cenaduría por las noches, fue atendido por una ambulancia y trasladado de urgencia al Hospital General de zona IMSS 49. Los médicos lo reportaron con probables fracturas en el fémur izquierdo, la tibia derecha y una grave fisura en la cabeza.
Al enterarse de lo sucedido, familiares y amigos de Ricardo se amotinaron alrededor de la casa de Alejandra para evitar que esta pudiera escapar. La tensión era palpable. La desesperación de quienes conocían a Ricardo se mezclaba con la rabia y el deseo de justicia. Ricardo, el pilar de su hogar, que sostenía a su familia con dos trabajos –repartidor de tortillas por la mañana y ayudante en una cenaduría por la noche– ahora se encontraba postrado en una cama de hospital, luchando por su vida.
Alejandra, una mujer que, según testigos, no mostraba remordimiento y estaba alcoholizada al momento del accidente; esto, basados en una llamada telefónica que tuvieron con ella al momento del accidente y la cual grabaron en video como evidencia.
La historia de Ricardo es un doloroso recordatorio de las consecuencias de la imprudencia al volante. Mientras él lucha por recuperarse y volver a su familia, la sociedad exige que se tomen medidas para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir, pues ahora Alejandra enfrenta cargos por abandonar la escena y por las graves lesiones ocasionadas a Ricardo.