Ella es Carmen Aguilera Regalado, tiene 63 años, percibe una pensión de 700 pesos por semana, tiene cáncer, pero no le alcanza para para su tratamiento en el ISSSTE, e incluso ve en riesgo la posibilidad de ser operada al no tener ni para el camión que la traslade a la capital para ser sometida a un estudio.
Se le ve deambular en el patio de Presidencia Municipal de Lerdo, en su mano derecha carga una bolsita como de mandado y en la otra unos papeles que forman parte del expediente médico donde viene sellos y firmas de sus médicos ordenando un estudio.
Asegura que está desesperada, que no halla qué hacer, pues no tiene el dinero suficiente para sus tratamientos, ya que de buena fe el año pasado le prestó a una amiga los únicos 50 mil pesos que tenía de ahorros producto de la venta de una casa que le había dejado su difunto esposo y es fecha que no le ha pagado un sólo peso.
Lo único que le firmó fue un pagaré, del cual la Vicefiscalía General del Estado no le reconoce para interponer una demanda, pues le aseguran que no es delito, que ella facilitó ese dinero a voluntad y que en todo caso tiene que abrir un juicio.
"No completo el pasaje ni nada. Ahorita llevo 10 pesos. Me da verguenza andar pidiendo pero pues por mi salud me ando humillando", dijo.
Dice que su amiga María Guadalupe Soto Herrera le pidió ese dinero con la promesa que se los pagaría, que le urgían para salir de "un apuro", pero ya han pasado muchos meses y la promesa quedó en nada, pues su esposo le dice que no se niegan a reconocer la deuda, pero dicen que los espere hasta que tengan dinero.
Carmen dice que es pensionada del Ayuntamiento de Lerdo, donde laboró por 17 años como intendente en la limpieza y que debido a su cáncer de mamá, la incapacitaron, recibiendo el 50 por ciento de su sueldo que percibía entonces, algo así como 700 pesos por semana que ni alcanzan para comer y mucho menos para pagar sus tratamientos ya que en el ISSSTE no hay medicinas.
Habitante de San Isidro, Carmen dice pide ayuda del alcalde Homero Martínez, quien le ofreció mil pesos y recurre a funcionarios a los que se encuentra en los patios, pero no tiene suerte, ya que en su puño lleva apenas una moneda de 10 pesos, pues busca reunir para los boletos de regreso en autobús, ya que en el hospital le obligan a ir con un acompañante y cada boleto a Durango es de 450 pesos y no garantiza el regreso.
Con lágrimas en los ojos y bajando la cabeza, Carmen dice sentir mucha vergüenza por esto que está atravesando, lo que no hubiera sucedido si no hubiera prestado sus ahorros producto del único patrimonio adicional que le dejó su marido.
"La cita la tengo el 17 y me conformo con conseguir para el tratamiento y tengo que salir mañana a Durango", menciona.
La cita de Carmen es el día 17 de mayo a las 12 horas en el Hospital de Especialidades del ISSSTE de Durango y ve con tristeza que puede perder una vez más esta oportunidad de ser revisada antes de que el cáncer avance y ya sea demasiado tarde.
EGO