Exiliada en el extranjero, en un lugar que no revela por su seguridad, Regina Zoé Magallón Medina, sigue exigiendo justicia. El jueves 3 de septiembre del 2020 fue víctima de un intento de feminicidio en Tecomán, Colima.
“Me obligaron a meterme al río, luego me aventaron y me dieron el primer machetazo en la cabeza. Y cuando me dio el machetazo, pues empecé a ver estrellitas; fue una sensación horrible, porque con el impacto escuché como tronaba mi hueso del craneo. No perdió tiempo: me dio tres machetazos más, aquí, atrás de la cabeza”.
- Te recomendamos En España, Senado avala que personas trans puedan cambiar de género desde los 16 años Internacional
“Sigo viva porque salí de ahí; sí extraño, mucho, pero quería seguir viviendo”, narra con un aire de tristeza en su expresión.
Nació siendo biológicamente un hombre, pero siempre supo que había nacido en un cuerpo equivocado y realmente era una mujer. A los 23 años salió a la luz pública ya como Regina -dice que ni siquiera recuerda su nombre anterior-, e inició la toma de hormonas femeninas para su transición.
El proceso de hacer que su cuerpo respondiera a quien es en realidad, la hizo darse cuenta de la gran discriminación hacia las personas trans, por lo que, quizá sin proponérselo, inició también una lucha por el respeto de los derechos de las personas de la diversidad sexual, especificamente de las y los transgénero.
El primer gran fruto de esta lucha se dio en 2015, cuando logró ser la primera mujer trans en Colima que logró el reconocimiento oficial de su identidad de género.
"Obtuve mi acta de nacimiento con mi nombre como mujer; y luego pude tramitar la corrección de datos ante el INE", dijo.
Ese trámite fue realizado en la Ciudad de México, que en ese entonces era el único lugar donde se podía hacer la modificación legal y apoyada por una asociación civil Regina fue de las 600 primeras mujeres trans reconocidas oficialmente en todo el país.
En 2020, después de haber experimentado en carne propia la falta de acceso a los derechos básicos para las personas trans, como a la salud y al empleo, Regina Zoé decidió buscar convertirse en candidata a la presidencia municipal de Tecomán; una vez más hizo historia, fue la primera mujer transgénero en aspirar a un cargo público en el estado de Colima.
“Yo amo a mi pueblo y veía que requería un cambio con urgencia, un gobierno más sensible y atento a los problemas de la gente; lo que buscaba era transformar la administración pública en un instrumento de auténtico servicio y ya no en una herramienta para eriquecer a quienes llegan a puestos clave”.
Su actividad política también se enfocó en la búsqueda ciudadana de desaparecidos, pues es cofundadora del Colectivo Solidario de Búsqueda de Desaparecidos de Tecomán: aceptó -junto con familiares de personas sin localizar- el difícil reto de indagar en la desaparición forzada en uno de los municipios más peligrosos de la entidad. Tan solo en diciembre de 2022 se localización 20 fosas clandestinas en este municipio costero.
Además, fundó un refugio para perros rescatados de la calle, los cuales mantenía y rehabilitaba con sus propios recursos como comerciante, pues, a pesar de ser licenciada en Derecho, nunca logró el cambio de nombre en los documentos que la acreditan como profesional, por dilaciones de la Secretaría de Educación Pública.
Así, el 3 de septiembre recibió el mensaje de una persona que le ofrecía apoyar con unos costales de croquetas para sus perros rescatados; “no se me hacía raro, porque la gente me ayudaba, pero me dijo que las tenía en un rancho y que pasaría por mí”.
A la hora acordada llegó un carro a la casa de Regina, ahí iban tres personas, entre ellas, un joven al que conocía por haber sido su vecino, por lo que se acercó con confianza; sin embargo, una vez que estuvo cerca, a subieron por la fuerza, amenazándola con un machete.
La llevaron a un río, en la comunidad de Caleras, conocido popularmente por ser un sitio donde los delincuentes abandonaban restos humanos de personas asesinadas. Ahí comenzaron el ataque con cuatro machetazos en su cabeza.
“Después de los primeros golpes, me volteo y le digo que por qué y me empezó a decir: `Te vas a morir, desgraciado. Te vas a morir como se murió tu madre´. Siempre me habló como él, nunca se dirigió a mí como ella. Entonces, lo que yo hice, pues por defenderme, fue meter las manos. Y me amputó dos dedos y me abrió la mano”.
El ataque siguió hasta que la creyeron muerta. Cuando volvió del desmayo que le causaron los golpes, Regina se arrastró hasta ser rescatada: tenía heridas en la cabeza, cara, manos y la rodilla destrozada por machetazos. Vivió de milagro.
A pesar de que promovió recursos legales por tentativa de transfeminicido contra sus tres agresores: dos hombres y una mujer, las relaciones de uno de ellos con una jueza, hacen que el proceso no avance e incluso ya se haya recategorizado como lesiones simples. La única opción que le quedó, fue exiliarse.
“Entonces tomé la decisión de salirme del estado, huyendo, para seguir viva. Me fui a otra entidad con una tía y pues ahí me estuve recuperando varios meses, hasta que arreglé mis papeles para irme al extranjero. Yo no podía estar en México, porque yo quería hacer mi vida en otro lugar, pero al final era un miedo, la verdad”.
Aunque esté lejos y nunca revele donde vive, ese miedo sigue con ella. Lo acompaña una profunda indignación por la inacción de la justicia mexicana. Su lucha continúa y su legado está escrito con vida.
Las fiscalías de 15 entidades de México respondieron solicitudes de información hechas por MILENIO sobre el número de personas transexuales asesinadas, reportando un total de 283 casos en los últimos diez años, del año 2010 al 2020.
Se trata de Campeche, Colima, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas. Por cuestiones conceptuales, algunas reportaron crímenes por odio –en general– y algunas simplemente “hombres vestidos de mujer”.
ledz