Mujeres tapatías: ganan menos y perciben mayor inseguridad

Jalisco Cómo Vamos presentó ayer el diagnóstico Ser Mujer en Guadalajara, que evidencia la desigualdad de género en esta área metropolitana.

Maricarmen Rello
Guadalajara /

Las mujeres que viven en el área metropolitana de Guadalajara (AMG) ganan menor salario en promedio que los hombres y perciben mayor inseguridad, constató un análisis con perspectiva de género de la Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida 2016 realizado por el Observatorio Jalisco Cómo Vamos, la cual fue presentada ayer.

En víspera del Día Internacional de la Mujer, el análisis busca visibilizar la desigualdad de género, a partir de las perspectivas y experiencias de las habitantes mayores de edad de seis municipios de esta área metropolitana sujetos al escrutinio: Guadalajara, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá, El Salto y Zapopan.

"Realmente el tema de la inseguridad es uno de los indicadores que destaca, es muy diferente cómo la perciben las mujeres y los hombres. Cuando preguntamos sobre la desigualdad en sí no la vemos, no aparece así, pero cuando preguntamos acerca de temas específicos como la inseguridad, podemos ver la diferencia", dijo Vicky Foss, miembro del equipo de Investigación de Jalisco Cómo Vamos que encabezó el análisis "Ser Mujer en Guadalajara".

Para el desglose por género se retoman los indicadores sobre situación laboral, social, familiar, educativa, de salud y de seguridad contenidos en la citada encuesta; pero además el diagnóstico se enriquece con datos estadísticos proporcionados por el Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM) y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi.

"Debemos reconocer que la desigualdad por la expectativa social coloca a las mujeres y las niñas en el mayor riesgo. Las mujeres tienen una mayor vulnerabilidad económica, menos oportunidades educativas y trabajan más horas dentro y fuera del hogar. Ellas son las que se sienten más inseguras en su propia ciudad, su propia comunidad e incluso en el propio hogar", destaca el estudio.

Foss apunta que las mujeres desconfían más de las instituciones de seguridad (policía, jueces, ministerios públicos) que los hombres. Y en el lapso de cuatro años, creció esta percepción de inseguridad. Mientras en 2011, el 53 por ciento de las encuestadas consideraba que vivir en el AMG era inseguro; en el 2016 la cifra se incrementó a 65 por ciento. Solo el 35% respondió que lo considera seguro.

Del IJM, se retoma un indicador que resalta la investigadora: "El 71 por ciento de las mujeres se siente insegura al caminar por las calles. Llama la atención que sean tantas mujeres las que se sientan inseguras en su propia colonia. En esta encuesta se pregunta si ha sufrido acoso callejero en los últimos doce meses y más del 60 por ciento respondió que sí. La calle es el espacio de mayor acoso, pero también pasa en el transporte público (el 13 por ciento de las usuarias señalaron haber sido objeto de acoso en el transporte público)".

Las mujeres no sólo se mueven inseguras por las calles de la ciudad, sino que cuando piden ayuda a las policías, sólo el 10 por ciento de ellas son auxiliadas, lo que es un punto urgente de atender.

Tras el tema de seguridad, la mayor desigualdad de género aparece en el ámbito laboral: sólo 47 por ciento de las mujeres tienen un empleo remunerado, una cantidad muy baja cuando se compara con el 74 por ciento de hombres empleados. A estas trabajadoras se les paga menos en el AMG: en el mismo tiempo que a una mujer le toma ganar 86 pesos, un hombre gana 100 pesos. Y apenas una tercera parte de patrones y empleadores son mujeres.

Adicional a la carga de trabajo remunerado, las mujeres dedican otras 5.12 horas diarias a labores del hogar (sin pago), mientras que los hombres solo dedican en promedio 2.10 horas diarias a la casa.

En general, casi seis de cada diez mujeres (58%) perciben alta o muy alta desigualdad en el AMG, que se traduce también en otros fenómenos. Paola Lazo, quien colaboró en la investigación expuso que las mujeres sufren un alto grado de violencia en este territorio pues de acuerdo con el Inegi, en Jalisco el 74 por ciento de mujeres de 15 años o más ha experimentado violencia emocional, física o sexual. Y el 47 por ciento fue violentada en el que presuntamente debía ser el sitio más seguro: su propio hogar.

De hecho, el Inegi señala que 32 por ciento de los asesinatos en donde la víctima es una mujer ocurren en la vivienda mientras que para los hombres, solo el 10 por ciento.

De esta encuesta hay otros indicadores que evidencian la desigualdad (se puede consultar completa en la página de Jalisco Cómo Vamos) y al final se incluyen algunas conclusiones a modo de sugerencia.

"Esperamos que el gobierno vea los resultados y quiera cambiar las políticas públicas. Todo este ciclo de violencia, de desigualdad, sigue (presente) por patrones y hábitos en la sociedad, pero también del gobierno... El informe final tiene sugerencias que incluimos para cambiar las políticas públicas y que las mujeres tengan mejores oportunidades de trabajo, pago igual que los hombres y sentirse seguras", dijo Foss.

-¿Qué significa Ser Mujer en Guadalajara?

"Es ser alguien que no tiene la misma oportunidad de desarrollo que los hombres, tiene más obstáculos de la sociedad, de inseguridad. No implica que no pueda tener una vida plena, pero tiene mucho más trabajo para lograrlo", concluyó Vicky Foss.

Queda a deber

El director ejecutivo de Jalisco Cómo Vamos, Augusto Chacón Benavides, destacó que el estudio Ser Mujer en Guadalajara expone que falta mucho por hacer en materia de igualdad de género: "Tenemos que empezar casi de cero, como si las mujeres acabaran de llegar al planeta... a pesar de que la Constitución consagra la igualdad, es igualdad en los hechos no se percibe ninguna parte".

Enumeró que las tareas pendientes van desde los empleadores, a fin de homologar sueldos, hasta el transporte público donde "hay cosas que el gobierno puede hacer en directo para elevar la calidad de vida de las mujeres"; y en sí apostar por políticas públicas diferentes. "No dejarlo en la parte cosmética del lenguaje o de pintar los camiones, no. Necesitamos cosas profundas, que ellas nos digan que están cambiando".


SRN

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