Las muñecas que se muestran en la fotografía no son un regalo del día del niño, su significado es más profundo: se tratan de muñecas para madres buscadoras, una iniciativa de la titiritera Sandra Reyes, quien, desde Puebla, ha forjado un camino de acompañamiento para quienes tienen un familiar desaparecido.
“Es tomar el arte como un vehículo para poder decir, para poder denunciar, para poder gritar, para poder susurrar, todo esto que traen, que les carcome, que les roe, todo esto que están viviendo, el arte es un vehículo para esto”, relata Sandra en entrevista para MILENIO Televisión.
Mientras toma aguja e hilo para empezar a coser una muñeca, Sandra relata que todo inició durante la pandemia, y es que, tras caer en un quiebre emocional, buscó una salida a los pensamientos negativos a través de las telas y botones que la han acompañado durante su vida como vestuarista y titiritera; el resultado fueron estas piezas de arte.
“Lo que empecé a hacer es tatuar el cuerpo de las muñecas con palabras o frases que estaba sintiendo, entonces en ese momento fue que empecé a encontrar un vehículo para todo esto que traía poderlo hacer en muñeca”
Sandra nunca imaginó que con ello su vida diera un drástico giro, pues de dedicarse completamente a las infancias con su compañía de títeres, ahora también ayuda a hombres y mujeres adultos que cargan con el pesar de alguien ausente.
“Acompañamos porque somos parte de la sociedad, porque los desaparecidos nos faltan a todos, no podemos cerrar los ojos y decir: 'A mí no me pasa no son de mi familia, entonces cierro los ojos'; no, los desaparecidos nos faltan a todos, entonces es un amanera de acompañar de apapachar, de decir estoy contigo, voy contigo y esa es mi manera como de caminar con ellas
Y aunque Sandra puede elaborar estas muñecas bajo pedido, actualmente trabaja de la mano con diversos colectivos para que sean justo las madres buscadoras las que, en un taller de 15 horas, elaboren cada una a sus hijos o hijas desaparecidas o bien a ellas buscándolos.
Así cada pieza puede adoptar desde una prenda representativa de la persona desaparecida como un collar, hasta rasgos más íntimos, como el color de piel, tipo de cabello y hasta tatuajes.
“Le vamos a poner un corazón con una palabra adentro que no quieras compartir, solo es tuya, y de ahí le ponemos cabello, le ponemos ojos, hay piezas muy especiales, donde en lugar de rostro tienen la foto del familiar desaparecido o en lugar del corazón tienen la foto, yo les pido siempre alguna piececita que pertenece al familiar desaparecido, puede ser una foto, una pulsera, puede ser un pedacito de tela de su camisa, con eso hacen algo para la muñeca, lo que quieran, a lo mejor la visten con esa prenda”.
El taller se ha impartido en Puebla, Oaxaca, Veracruz y Tamaulipas con un total de 51 muñecas que forman parte de una colección itinerante que viaja por todo el país y que se incluye dentro del proyecto narrativas y memoria de la desaparición en México en el que participan ocho artistas.
“El proyecto de narrativas lo que pretende es visibilizar todo esto que está pasando en el país, lamentablemente hay cada vez más desapariciones, hay más de 90 mil desapariciones y entonces hay que visibilizar y esta exposición de arte no está en los museos, está en las calles, para que la vea la gente de a pie, la gente que va pasando, que se entere que está sucediendo en el país”
EHR