En los últimos días, varios pueblos de dos municipios del noreste del estado de Oaxaca se alzaron contra la empresa china Sinopec, que llegó a la región de la Cuenca del Papaloapan en busca de gas natural y petróleo.
Para llevar a cabo sus actividades, la empresa realiza explosiones a gran profundidad, que, de acuerdo con cientos de habitantes, afectaron pozos y viviendas.
Por este motivo, pobladores de Loma Bonita y San Juan Bautista Tuxtepec retuvieron vehículos propiedad de la empresa, así como a parte de su personal, con el objetivo de obligar a Sinopec a retirarse de sus tierras.
Las autoridades encargadas de la seguridad en Oaxaca han intervenido para lograr la liberación de los trabajadores y así evitar que la población tome represalias contra las personas que realizan las explosiones, en su mayoría contratadas en el estado de Tabasco.
Entre las comunidades afectadas en Tuxtepec se encuentran San Juan Bautista de Matamoros, Agua Fría, Papaloapan, Santa Teresa y San Bartolo, cuyos habitantes, en su mayoría, se dedican al cultivo de plátano. En el caso de Loma Bonita, los pobladores se dedican principalmente a la producción de piña.
Estas comunidades denunciaron que las detonaciones se realizan en sus tierras de cultivo y que incluso se escuchan en la zona urbana.
El agente de la comunidad de San Bartolo, Paulino Soto Rodríguez, señaló que "hay 25 viviendas afectadas, y queremos que primero se resuelva el problema de las personas afectadas y, segundo, que dejen de hacer las detonaciones".
"Además, exigimos una mesa de diálogo con la empresa Sinopec para resolver este problema definitivamente".
Uno de los afectados, Samuel Bautista Pacheco, mencionó que en su hogar “se están cuarteando los pisos, las paredes y las láminas se están levantando a causa de las constantes detonaciones en el ejido. Están provocando muchos problemas y no se hacen responsables”.
En Loma Bonita, los ciudadanos justificaron la retención de los trabajadores de la empresa china: “Como pueblo tenemos que tomar nuestras propias medidas, porque estamos solos y lo único que queremos es que estas personas dejen de trabajar".
"Hay mucho temor por los daños que puedan causar en las casas, y los niños también se espantan. De todas formas, los daños ya están hechos”, explicó la señora Lucía.
“Con estas detonaciones nos da miedo que nuestras viviendas se vayan abajo y de ellos no hay ninguna garantía que nos vayan a reponer nuestra vivienda, y si se va una vida ¿Quién la repone? Nadie”, expuso la señora Mercedes.
Hasta el momento, ninguna autoridad local o estatal ha emitido algún tipo de comunicado referente a estos trabajos de exploración. Tampoco se ha aclarado quién otorgó los permisos para hacer detonaciones en tierras de cultivo.
Ante la falta de respuestas, los pueblos continúan organizándose, mientras los trabajadores de Sinopec siguen realizando detonaciones en otras comunidades, donde la gente ya se prepara para expulsarlos.
MO