"Sirvo a mi bandera y porto el apellido de mi madre en el uniforme con orgullo": Nahila Díaz

Este sábado 24 de febrero se celebra a la Bandera nacional, el primer símbolo patrio que nos enorgullece como mexicanos. Nahila Díaz Reséndiz es una contadora pública que decidió entregar su vida al glorioso Ejército Mexicano.

Es la única mujer que se encuentra dentro del Batallón de Infantería de la zona norte de Veracruz y todos los días saluda con honor a la monumental Bandera nacional que se encuentra en la explanada del cuartel.

Está rodeada de hombres, es la única dama y quizás la más “poderosa” del lugar pues es la que paga las quincenas. Aún le tocó causar alta cuando el 30 Batallón de Infantería tenía sede en Pueblo Viejo pero ahora está en Apatzingán; actualmente es el 51 Batallón de Infantería el que radica en este cuartel.

La sargento segundo, con 40 años de edad, en su uniforme no lleva el apellido paterno como el resto de la población militar; ella decidió portar el apellido de su madre.

“Tengo un hijo de ocho años, actualmente estoy separada; él es uno de mis motores que me animan a seguir trabajando en el ejército, al igual que mi madre, pues ella me impulsó mucho a tomar este camino”.

Fue una amiga de la Universidad Autónoma de Tamaulipas quien le dijo que solicitaban personal en las fuerzas armadas y fue así como ingresó a la Secretaría de la Defensa Nacional. “Tengo estabilidad, servicio médico y con 20 años de servicio puedo retirarme, es parte de los beneficios que da el ejército”.

Señala que le tocó trabajo adaptarse pues está dentro de un ambiente donde hay puros hombres, ellos tuvieron que medir su vocabulario y su forma de dirigirse a ella con respeto.

Mejora continua

Los recursos para la administración llegan a ella y a otra persona y se encargan de distribuirlos para el mantenimiento del lugar. “Quiero hacer los cursos para los exámenes y ascender a sargento primero, después subteniente en mi área de contador público, estoy orgullosa de lo que hago y de servir a la Patria”.

En el 2011 se abrió la equidad de género y estaban solicitando mujeres en el Ejército en el área de pagaduría, entraban las mujeres a las escuelas, no directo a una unidad; ahora todas las unidades en su pagaduría tienen que contratar a dos contadoras.

Señala que afortunadamente en estos 12 años solo ha sido comisionada durante algunos meses, pero no le han ordenado un cambio de unidad y eso le permite estar cerca de su familia.

Honra a la autora de sus días

“Uso el apellido materno en mi uniforme porque es en honor a mi mamá, ella me apoyó mucho con el cuidado de mi hijo y me impulsó a ser lo que soy. “Anteriormente portaba el apellido de mi padre pero ahora dan oportunidad de escoger el apellido a usar en el uniforme”. La sargento pasó por cursos tácticos desde su llegada y sabe utilizar un arma de las llamadas “G-3”.

“Dos veces he utilizado el servicio médico con mis papás y una con mi niño, servicio que no sería la misma atención como en otro lado, me quedan ocho años para poderme pensionar, a los 20 años ya uno se puede retirar”.

Aún sigue mucho camino para seguir sirviendo a la Bandera y a la Patria; el próximo año espera acudir a los exámenes para ascender a sargento primero. 

“Estoy orgullosa de servir a la Bandera y a la Patria y sé que si hay que salir a la batalla ahí estaremos, todos vamos a participar y sí participará por el bien de la población”.

VLSS