No al aborto, aún en casos de violación: Diócesis de Gómez Palacio

El Vicario General sostuvo que siempre será un atentado contra la vida de un inocente. Esto debido al reciente dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Indicó que para la iglesia católica lo ideal es que el bebé no deseado se de en adopción. (Archivo)
Luis Alatorre
Gómez Palacio, Durango /

Luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, avalara la interrupción del embarazo en casos de violación, el Vicario General de la Diócesis de Gómez Palacio, Julio Carrillo Gaucín, sostuvo para la iglesia católica el aborto siempre será un atentado contra la vida de un inocente. 

El representante del Obispo, fue cuestionado sobre su opinión al respecto de que la ley recientemente aprobada indica que se podrá interrumpir el embarazo sin la necesidad de que la víctima presente una denuncia, a lo que contestó  que se deben aplicar penas más severas a la persona que hayan cometido una violación, pero que no por ello se debe terminar con la vida de un bebé.

“Lo que nos preocupa no sólo es que se interrumpa la vida, sino también que sea solamente por una denuncia verbal, pero la pregunta sería en este caso ¿dónde está el victimario?, comprobar el delito o acaso ¿ya no será un delito la violación?".

Reiteró que la iglesia católica siempre ha propuesto que si alguna mujer se embaraza y no quiere dar a luz o no quiere al bebé, citó a la madre Teresa de Calcuta, “no los maten, denmelos”. 

Además hizo ver que existen hoy en día muchas instituciones que pueden aceptar a esos bebés no deseados, mismos que se pueden dar en adopción. 

“La bioética nos dice que al momento de que hay unión entre el óvulo y el espermatozoide comienza una nueva vida y no necesariamente como lo indica la legislación en la Ciudad de México, que a partir de las 12 semanas ya hay vida y eso no es cierto“.

Explicó que no se trata de condenar sino de educar, de invertir más tiempo a los hijos y sobretodo, castigar severamente a quien sea el causante de una violación, pero que no se llegue a terminar con la vida de un inocente, sino a detener y juzgar al victimario.

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