En la gasolinera ubicada en el cruce de Álvaro Obregón y Mérida en plena colonia Roma de la Ciudad de México la gasolina se acabó cuando el reloj marcaba las 13:00 horas de este martes.
Los trabajadores colocaron botes y letreros de precaución para evitar que algún cliente despistado entre a la zona de bombas. Si alguno se acerca le explican que por el momento no hay servicio y le dan indicaciones para llegar a la gasolinera más cercana, a ver si allá "tiene suerte".
14 despachadores, que conforman el primer turno en el negocio, friegan el piso con agua y jabón para evitar que residuos de aceite o combustible se queden sobre la loza que resguarda los tanques vacíos, se preparan para cerrar, hoy ya no habrá servicio.
El dueño del negocio cuenta a MILENIO que existe incertidumbre en cuanto a la fecha de abasto, "se habla incluso que pueden tardar hasta una semana", dice preocupado y remata "no queda nada más que esperar".
De parar la semana completa los despachadores estarían perdiendo aproximadamente 400 pesos diarios de ingresos, es decir 2 mil pesos por 5 días de trabajo infértil.
Tras terminar la limpieza, los despachadores esperan sentados junto a las bombas a que termine su turno o que suceda un milagro y llegue una pipa a surtir de combustible.
Para matar el tiempo, algunos revisan novedades en su celular, otros hojean una revista, algunos más aprovechan para merendar la comida que traen en sus tópers desde casa.
Lo único que sigue abierto a la clientela son los sanitarios y se le brinda servicio a uno que otro ciclista que se acerca para llenar las llantas de su bicicleta con aire.
La instrucción es clara, terminar su turno hasta las 18:00 horas y mañana "también se trabaja normal'' aunque no haya gasolina. No queda más que esperar.
GGA