El 26 de septiembre de 2014, un grupo de normalistas de Ayotzinapa fue agredido por un grupo de policías municipales de Iguala, Guerrero. Esa noche, 43 estudiantes desaparecieron y sólo se ha logrado identificar los restos de tres.
De acuerdo con lo relatado por la entonces Procuraduría General de la República, los jóvenes fueron entregados a miembros del grupo delictivo Guerreros Unidos, quienes los asesinaron y calcinaron sus restos en un basurero de Cocula, versión que fue llamada como "verdad histórica".
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Sin embargo, lo encontrado por las autoridades recientemente, en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, pondría en duda la versión dada entonces, que fue cuestionada por los padres de los 43 normalistas.
Hasta el momento, sólo se ha logrado identificar los restos de tres estudiantes, por lo que siguen desaparecidos 40 normalistas de Ayotzinapa desde hace siete años.
Alexander Mora Venancio
Luego de la agresión a los normalistas en septiembre de 2014, las investigaciones llevaron a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) hallaron restos de personas incineradas en un basurero de Cocula, en Guerrero, que fueron analizados por peritos argentinos que colaboraban en el caso.
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Los investigadores determinaron que los restos eran de Alexander Mora Venancio, lo que lo convirtió en el primero de los 43 normalistas localizado e identificado, sin embargo, familiares del joven no creían que los restos hallados fueran del estudiante, hasta que la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, lo ratificó.
Don Ezequiel, padre del normalista de 21 años, relató tras conocer la noticia que a su hijo le gustaba jugar futbol y que abandonó la licenciatura de Desarrollo Regional en la Universidad Autónoma de Guerrero para seguir su sueño de ser maestro, estudiando en la Escuela Normal Rural Isidro Burgos.
Hoy, los restos del joven normalista no han sido entregados a sus familiares, que aún lo esperan en la comunidad de El Pericón, en el municipio de Teconoapa, donde vivía con su papá y su hermano, quien murió en 2018 durante un accidente automovilístico.
Jhosivani Guerrero de la Cruz
El 16 de septiembre de 2019, la entonces procuradora de la República, Arely Gómez, informó que el laboratorio de la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, identificó los restos de Jhosivani Guerrero de la Cruz, que fueron hallados en el basurero de Cocula, siendo así el segundo normalista en ser identificado.
Jhosivani tenía 20 años cuando desapareció el 26 de septiembre de 2014. Apodado por sus compañeros como el Coreano, por sus ojos rasgados; era originario de Omeapa, una comunidad ubicada a 15 minutos de la cabecera municipal Tixtla, llena de carencias y con escasos servicios; su familia se dedica al campo. En junio de 2021 fueron confirmados los hallazgos.
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“Él buscaba una oportunidad de sobresalir, aspiraba a tener una profesión y ayudar a la comunidad, porque en Omeapa mandan maestros que no son de aquí, son de lejos, y son profesores que no le ponen suficiente interés a la niñez”, contaron familiares de Jhosivani al personal del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
El 7 de julio de 2020, la misma Universidad de Medicina de Innsbruck informó que se identificaron los restos de un tercer normalista de Ayotzinapa desaparecido en 2014: Christian Alfonso Rodríguez Telumbre.
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre creció en el barrio de Santiago en el municipio de Tixtla, en Guerrero. Era hijo del señor Clemente Rodríguez Moreno y la señora Luz María Telumbre, quienes acusan que han sido agredidos por elementos de la Policía Municipal.
De acuerdo con el sitio Centroprodh, Christian Alfonso soñaba con estudiar para forjarse un futuro y una de sus pasiones será la danza folclórica. Ensayaba en el salón de la Casa de Cultura de Tixtla, además de que era integrante del grupo de baile Xochiquetzal. En la Normal de Ayotzinapa lo describen como un joven tranquilo, inteligente y dedicado al estudio.
Sus compañeros de baile le decían Clark, ya que portaba unos anteojos negros de pata gruesa, similares a los que usaba Clark Kent, el periodista que se convertía en Superman, en el comic del mismo nombre.
También lo conocían como Hugo, porque tenía varias playeras con el estampado en serigrafía de Hugo Boss. Sus amigos de la preparatoria le llamaban El Sochco o Socnchito; terminó sus estudios de educación media superior con un promedio de 8.7, por lo que sus profesores lo recuerdan como un alumno serio y cumplido.
Entró a Ayotzinapa tras no encontrar otra opción, ya que su familia no podía solventar los gastos de las profesiones que le interesaban, como ser veterinario o profesor de educación especial.
RLO