Nueva masculinidad, compromiso en el cuidado de los hijos y el hogar

Rosario Varela, socióloga y docente, señala que estas actitudes reflejan el compromiso del hombre para ejercer tareas que dentro de la sociedad se les deja a las mujeres.

Padres e hijos deben de hacer equipo y mostrar interés al momento de ayudar y realizar las tareas escolares. (Cortesía Freepik)
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila. /

Gerardo Pineda es un hombre que a sus 29 años ha vivido en carne propia los costos sociales por ejercer su masculinidad y paternidad de una manera diferente por cuidar de su hija, cambiarle los pañales, cargarla en un rebozo o llevarla a sitios infantiles donde las madres son las que suelen ser las encargadas del cuidado de los hijos. 

Comparte que al acudir a un conocido centro comercial de Torreón, buscó un sanitario para cambiarle el pañal a su niña, específicamente buscaba un cambiador de bebés para hacerlo lo más seguro, cómodo e higiénico posible

Cuando ingresó al baño se percató de que no había la típica barra plástica desplegable, por lo que buscó en el sanitario de mujeres donde sí había uno. 

Sin embargo, el personal del establecimiento no le permitió la entrada y tuvo que cambiarle el pañal a su hija sobre el frío mármol del lavamanos del sanitario para hombres

Para Gerardo, ejercer una nueva masculinidad tiene que ver con la equidad de roles entre hombres y mujeres, cambiar la mentalidad sobre el papel que se les ha etiquetado en dentro de la sociedad. 

En su experiencia, no culpa a los dueños del establecimiento ya que las mismas ciudades no toman en cuenta al público infantil y además, prevalece el pensamiento de que las mujeres son las que adoptan como suya la acción de cambiarle el pañal a los hijos

“Creo que la nueva masculinidad incluye que los hombres no sólo cambien pañales, sino que también incluye el llorar, abrazar, sensibilizarse y buscar, en general, otras formas de participar en la sociedad sin vulnerar las libertades y derechos de las demás personas”.

Puso énfasis en que llega a sentir la curiosidad de la gente cuando ejerce acciones con su bebé en un espacio público, con situaciones que deberían ser normalizadas ante una sociedad que demanda derechos laborales y civiles igualitarios, roles equitativos en ambos sexos. 

“Desde luego esto no merece ninguna alabanza ni siquiera una mirada curiosa. Los hombres que levantamos la mano para tomar el rol que nos toca en nuestra paternidad sentimos la anormalidad que la gente así lo percibe; más de una vez he notado que les parece curioso que cargue a mi hija en su rebozo o que la lleve solo a espacios de entretenimiento infantil”. 

Actualmente las nuevas masculinidades proponen la idea de promover el trato igualitario entre los hombres y las mujeres, de acuerdo a la doctora en Sociología y docente de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), Rosario Varela, quien describe a las nuevas masculinidades como un tipo de actitudes que difieren de los roles establecidos socialmente

Comparte que un ejercicio de poder masculino representa una forma de dominación hacia lasmujeres, un modelo tradicional que ha prevalecido por siglos

Sin embargo, llegó el discurso del feminismo que se opone a tal forma de denominación y hasta el hombre se atreve a explorar otras formas de ser masculino

“Las llamadas nuevas masculinidades son modelos que ejercitan la masculinidad de otra manera a la que tradicionalmente se ha impuesto. Estas formas de ser masculino tienen que ver con renunciar a esos ‘privilegios’ que da la sociedad y empezar a involucrarse en la responsabilidad que se tiene como ser social”. 

En el caso del hogar, una nueva masculinidad se ve reflejada en aquellos hombres que se comprometen también al cuidado de los hijos, a las labores de la casa, el cuidado de los ancianos, entre otras tareas que se les deja a las mujeres y que no tienen un reconocimiento económico. El hombre que ha renunciado a esta manera dominante de ser masculino entiende que los cuidados del hogar les corresponde a todos. La masculinidad tradicional entra en cuestionamiento porque a los hombres les cuesta tener una nueva forma de actuar.

En contraste, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) también expone los tipos de masculinidades que aún prevalecen, entre las que destaca la hegemónica, que conlleva a una posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres

A nivel familiar, son proveedores y con un amplio control sobre sus emociones. Asimismo, el machismo está presente como una forma de masculinidad anclada, en la que los comportamientos de la supremacía del hombre y sed de dominio se manifiestan de diferentes formas, incluso siendo amables o sutiles al sugerir la comida o vestimenta de alguien como un micromachismo, hasta extremos como forzarla a realizar conductas no deseadas. 

El machismo rompe familias 

La socióloga Rosario Varela asegura que a los mismos hombres les pesa esta masculinidad y hay costos sociales, ya que la mayoría de las separaciones y los divorcios tiene que ver con la falta de acoplamiento en la manera en que se auto conciben las mujeres actualmente

“La mujer ha avanzado mucho, ya no acepta relaciones de dominación pero el hombre sigue aspirando a tener una mujer dócil, por lo que esa incapacidad de cambiar termina muchas veces en separaciones, donde el mismo machismo lo hace reaccionar de manera violenta y se hace una cadena hasta llegar a los feminicidios”.

La especialista indica que aunque hay mujeres que aceptan el comportamiento anclado de actitudes machistas establecidas, estas repercuten en el éxito de las familias, debido a que ya hay un choque de pensamientos donde la mujer toma un rol de empoderamiento

“El machismo también afecta a las mujeres porque siguen a una cultura, como el machismo es un mandato cultural, y como afecta más a las mujeres, desarrollan más herramientas de resistencia. Hay presión en el contexto internacional como el Objetivo 5 de la Agenda 2030, sobre la necesidad de impulsar acciones de igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas”. 

Considera que hace falta más difusión sobre las nuevas formas de ser masculinos, tanto en los medios como en las instituciones educativas y en el gobierno, sobre todo, dirigido también a los hombres, no sólo a las mujeres que son víctimas. Reconociendo que cada persona aprende de manera distinta a ser hombre o mujer, es válido afirmar que existen muchas formas de ser hombre, ya que en cada cultura se encuentran presentes mecanismos y códigos aprendidos que soportan y explican esta diversidad. 

Se debería difundir más en todos los espacios posibles las nuevas formas de ser masculino porque ya es una necesidad”, expresa la especialista, quien añade que aunque los hombres representan fortaleza, según el INEGI son ellos los que suelen liderar las estadísticas de suicidios.

EGO

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