Como cada año, en las fiestas decembrinas no puede faltar el árbol de Navidad, ya sea natural, artificial o recurrir a productos más modernos; en algunos casos de madera, con alambre, luces o como los hacen en la montaña de Texcoco, con vara de perlilla, un producto que garantiza una vida útil de estos productos, de hasta 20 años con cuidados esenciales.
Esto lo tienen claro mujeres de la Colonia Guadalupe Amanalco, el último asentamiento del municipio de Texcoco, que desde hace años se dedican a recolectar la perlilla de la montaña para elaborar venados, nacimientos, esferas gigantes y árboles de navidad, entre otras artesanías, durante todo el año, porque nunca paran y en primavera ofrecen jaulas, pájaros, canastas, y en octubre calabazas, gorros de bruja, entre otras cosas alusivas a cada temporada.
El tema es seguir produciendo todo el año, porque de esto viven seis familias. Una dedicada a recolectar hojas que tiran los pinos para formar coronas y pintarlas, otra especializada en esferas de diversos tamaños, otra más en nacimientos y el resto elaborar árboles de Navidad, desde 30 centímetros hasta tres metros de altura o lo que pida la gente, señala Teresa de Jesús Osorio Alonso, quien en esta época acude al municipio de Metepec para ofertar lo que realizan en el oriente de la entidad.
Es importante, señala, ver cuáles son las necesidades de quienes acuden a comprar, qué buscan, los colores que les interesan, las figuras, los tamaños, todo, para cada año hacer algunos ajustes a sus trabajos con el fin de asegurar la venta de todo lo que producen. Este año, por ejemplo, están introduciendo el muñeco de nieve, para ver qué tanta aceptación tiene y si es conveniente hacer una cantidad mayor.
Por eso les resulta importante hablar con la gente, preguntarles qué buscan, ver temas tan simples, como la transportación, recomendaciones para el cuidado, que en este caso es sólo que no se mojen, porque de esa manera pueden durar años, en uno colocarlos con su apariencia natural, otro pintarlo con espray de color plata, oro, blanco, rojo, verde, morado, al gusto de la gente.
“Lo que a su mente se le ocurra lo podemos hacer. Me encargaron un perro salchicha y lo hicimos. Tenemos todo el nacimiento, hasta con el elefante hecho con vara de perlilla, para mostrar que podemos hacer todo, sólo necesitamos un poco de tiempo para poder entregar el pedid” señala Teres de Jesús Osorio.
¿Quiénes son?
En Texcoco están bien organizadas las mujeres, en especial ocho familias que se unieron para promover la venta de artesanías de vara de perlilla. En promedio son como 50 mujeres, apoyadas por algunos hombres, sobre todo para la recolección de las varas y el traslado de los productos, a partir de lo que se conoce como vara de perlilla o escoba
La perilla es un arbusto que crece en los bosques templados como pasto y entre más se poda más se reproduce, por lo cual la poda favorece al bosque porque ayuda a evitar incendios cuando se secan.
Para ello obtuvieron el permiso de Probosque. Se trata de una actividad legal, por la cual nadie los puede sancionar o tratar de extorsionar porque están dentro del marco legal.
Se cortan las ramas verdes, se junta, se limpia y se amarra en manojos grandes para llevar a los talleres, donde ya hay gente en espera de seleccionar los tamaños y de armar cada una de las artesanías que llevan a cabo, porque cada grupo tiene bien identificada su labor y hay quienes se dedican a la recolección, a subir a la montaña para obtener la materia prima.
Trabajamos todo el año
Aunque pareciera que esta es solo una actividad de fin de año, han ideado cómo participar en otras festividades y mantenerse vigentes todo el año. En enero, febrero, marzo y en abril elaboran los cestos, las canastas, los maceteros, jaulas, todo lo que se busca en primavera.
En el verano se dedican a recolectar para empezar a fabricar los venados, todo lo de Navidad, pero en junio, julio, agosto y septiembre hacen calabazas para venderlas en Halloween, gorros de bruja, duendes y todo lo de Día de Muertos.
“Todo el año estamos trabajando, buscamos qué hacer, qué vender, porque vivimos de esto, es nuestra principal actividad. En promedio, de cada familia hay cinco o seis participantes, en su mayoría mujeres. El mayor trabajo está en esta parte del año. Los hombres se dedican a la recolección de la materia prima en el monte y las que tejen son las mujeres” indica.
En realidad, estos arbustos se tienen que podar, si no llenarían los bosques. Con esto le dan un valor agregado a lo que podría ser considerado como maleza y de los renos han innovado hasta cubrir todas las necesidades de la gente, por la habilidad de las tejedoras, pues unas son muy buenas para hacer esferas, otras para los venados, para los nacimientos completo o lo que la gente pida.
El tiempo en cada obra depende del tamaño y de la artesanía, por ejemplo, en los árboles de 30 centímetros se tardan, en promedio, tres horas, a partir de que la vara ya está en sus talleres, limpia y seleccionada, pero en los de tres metros necesitan tres semanas. Para eso es importante trabajar cuando la perilla está verde, porque es más maleable y eso facilita darle forma. Luego dejan secar cada obra para entregarla lista.
Abastecen a la Ciudad de México
En esta ocasión empezaron una semana tarde a vender sus productos en el Valle de Toluca, porque normalmente inician el 11 de noviembre para surtir todos los mercados posibles, pero en este año arrancaron con la feria el 17 de noviembre y muchos ya se habían surtido, pero todavía tienen esperanza de terminar toda la producción, integrada por más de 5 mil piezas, pues su venta es generalmente por mayoreo en el oriente de la entidad y en el centro de la entidad por menudeo, para empezar a darse a conocer.
Actualmente se encuentran en el Parque Bicentenario, en el municipio de Metepec, donde comúnmente se coloca la feria navideña y ahí estarán hasta el 17 de diciembre, todos los días, de 9 de la mañana a las 18:00 horas, junto a otros emprendedores y emprendedoras con diversas ofertas.
Su fuerte actualmente es el oriente de la entidad. Entregan por mayoreo al mercado de Jamaica, Xochimilco y a la Central de Abastos de Iztapalapa, pero ahora quieren difundir su actividad en otros puntos de la entidad y por ello vienen a esta feria, donde aceptan pedidos especiales y pueden hacer contacto para otros requerimientos, entre ellos para capacitar a otras organizaciones en la elaboración, permisos y todo lo necesario para poder llevar a cabo una actividad legal y con calidad.
“A nosotros nos gusta mucho lo que hacemos, lo disfrutamos; lo que queremos también es enseñar un poco de lo mucho que ya hemos aprendido a lo largo de estos años a otros productores. Ofrecemos cursos de capacitación para otras regiones de la entidad o del país” indica Teresa de Jesús.
Además de eso, añade, tiene precios muy accesibles en las guías y en las coronas. El árbol de 30 centímetros, que es el más pequeño, está en 100 pesos, el de medio metro en 200, de un metro en 400, de 1.5 metros en 700 y 2 metros en 900, pero además tienen muñecos de nieve, esferas, nacimientos, venados y más para la decoración de esta Navidad.
Una de las artesanas que se encarga de la venta en Metepec, promete entregar una sorpresa a quienes acudan a comprar y digan que se enteraron a través de Milenio Estado de México, de su actividad.
RARR