Los habitantes de la comunidad de Bajos de Coyula – una de las más dañadas por el huracán Agatha – ya no quieren vivir en esa localidad, por el miedo a que el río Coyula se desborde de nueva cuenta. Sin embargo, no tienen los recursos suficientes para construir una nueva vivienda en otro sitio.
Muchas de las casas de esta localidad, perteneciente al municipio de Santa María Huatulco y ubicada a unos 20 kilómetros de Bahías de Huatulco, en la costa de Oaxaca, quedaron completamente bajo el agua el pasado 30 de mayo, al registrar inundaciones de hasta metro y medio de altura.
Las viviendas aún tienen lodo y en sus patios se pueden apreciar los muebles y enseres que quedaron inservibles, después de este fenómeno meteorológico. La casa de Roberto Vázquez Amador de 80 años – localizada a unos 50 metros del cauce del río Coyula - quedó completamente inhabitable.
“Todo lo que teníamos aquí en la casa, todo se perdió, todo se perdió. Pero pues ni modo, son cosas de Dios y tenemos que soportar. Le digo a mi hijo ya ni modo, ya perdimos, hay que aguantar”, narró.
Don Roberto tendrá que reconstruir, pero en otro lugar, porque tiene miedo de quedarse en el mismo sitio, y que el río se vuelva a llevar todas sus cosas.
“Tengo miedo porque cuando se pone el tiempo para arriba y llueve bastante, porque el río ahorita ya no, el río ya está plano, ya con poca agua se desborda.
“Ya no quiero yo dormir aquí, y estar con esa desconfianza de que de madrugada viene el agua, y a esa hora está uno durmiendo, y a esa hora va uno a salir corriendo para allá, entonces ya no. Ya mejor nos vamos a aguantar ahí en donde está mi hijo y ya después vamos a hacer un, a ver a dónde hacemos una casita para estar más seguros”, expuso.
Adeline Vázquez vive justo enfrente, con su esposo y su hija, también a unos cuantos metros del río. Igual que Don Roberto, tiene temor de que su casa vuelva a inundarse.
“Aquí pues fue la entrada del río que entró, todo se llenó de agua mi casa, toda mi casa y cuando nos dimos cuenta venía el río allá y pues se llenó todo. Y pues a esa hora salimos corriendo hacia atrás al cerro. Perdí todo, mi casa, mi ropa, mis colchones, todo, perdí todo y yo tenía un negocio de una verdulería, y se fue todo, todo, completamente todo.
“Ahorita nada más estamos con que viendo para allá (hacia el río) y mi sobrino me hace bromas ¡tía ahí viene el río! Y pues nos da miedo que llegue el río otra vez. O que nos digan viene otro huracán y ya nada más estamos con el miedo de que entre el río. Mi hija al menos ya no quiere estar aquí”, explicó.
Sin embargo, señaló que en estos momentos no tiene los recursos suficientes para construir una nueva vivienda.
“Ojalá que el Presidente nos apoye y nos dé la posibilidad de hacernos de otra casita en un cerrito o algo, porque pues aquí ya queda como provisional, ya no es como para vivir”, apuntó.
Arturo Vázquez vive una situación muy similar. La inundación se llevó prácticamente sus pertenencias y las de su familia. Espera que llegue un apoyo del gobierno, para empezar a construir en un lugar lejos del río Coyula.
“Llueve fuerte para arriba y nos va a entrar otra vez el agua, entonces tenemos un poquito de, ya no dormimos bien ¿verdad? Tenemos un poco de desconfianza. Sí, pues, porque llueve para arriba y pues estamos más al pendiente de que no vaya a entrar el río.
“Qué le digo, si algún apoyo nos llega, pues movernos para otro lado, otro terrenito por ahí, construir, aunque sea un cuarto, dos cuartitos”, señaló.
Anselmo Ortiz es otro de los habitantes de Bajos Coyula que tendrá que iniciar desde cero. Perdió su casa, sus muebles y su cosecha de maíz.
“Pues hubo un destrozo total, no nada más yo, perdimos todos los que vivíamos sobre el nivel de, lo que le dicen el paso del río. Y pues aquí teníamos nuestro trabajo, tenían la vivienda, y pues aquí hacíamos la, ¿cómo se llama? El trabajo de campo, y pues mira el campo cómo quedó.
“Pues ahora sí que este, pues sobrevivir con lo poco que ahora sí que pues vamos a hacer otro trabajito ¿no?, ya no vamos a, ahora sí que a trabajar las tierras por este momento”, explicó.
Como los casos anteriores, Anselmo y su esposa quieren irse de este lugar, y reconstruir en una zona que no tenga riesgos de inundaciones.
“De hecho pues ya está todo destrozado y sería mucho arriesgarse a venir a vivir otra vez, pero sí vamos a trabajar las tierras, pero ahora sí, hacer una casita donde estemos a salvo en las lluvias.
“Sí, la preocupación del río porque pues ahora sí estamos sobre el nivel del río que, ahora sí que solamente Dios sabe hasta donde marca el nivel ¿no? Pues ya es inhabitable, y ya sería mucho arriesgarse a venir otra vez a vivir a este lugar. Pero pues ahora nos quedamos ahora sí, sin dinero, y esperamos que el gobierno tome cartas en el asunto, a quien corresponda, y nos pueda ayudar”, resaltó.
ledz