Conocida en zapoteco como guchachi 'Guiuu' o 'oaxacana', esta especie de iguana, endémica de región del Istmo de Tehuantepec, ha sido puesta en peligro de extinción ya que su carne es consumida por habitantes de esta región.
La caza indiscriminada y la falta de una cultura de preservación la puso en riesgo a pesar de estar protegida por la norma 059 de la Semarnat 2001.
Desde hace 15 años, Eduardo y otros voluntarios más, se han dedicado a rescatar a las iguanas en un espacio del Centro de Educación Ambiental, allí han logrado criar y liberar más de dos mil 500 iguanas; sin embargo, por el aumento en su consumo, no han logrado recuperar su población.
En entrevista para MILENIO, el biólogo Eduardo López Noriega dijo que el problema principal de la depredación de esta especie de iguana, es el gusto por el consumo de sus huevos.
“El problema es que la captura de hembras es mucho mayor, si capturaran machos y fueran estos a los que se comieran, tal vez en uno o dos años podríamos repoblar algunas especies, el problema es porque degustan el huevo”.
En municipios como Juchitán, El Espinal, Tehuantepec y Unión Hidalgo, el 'guchachi guiña' o guisado de iguana, platillo elaborado con tomate, chile, cebolla y el animal en trozos, forma parte de la dieta ancestral de los zapotecas.
Tan sólo en Juchitán más de 30 cocineras lo preparan y venden en el mercado principal.
Para Yolanda López Gómez, habitante de Juchitán, el consumo de iguana forma parte de la dieta familiar; sin embargo, sabe que el aumento de su consumo pone en riesgo a la especie conocida como 'Giuu', “Obviamente es preocupante porque sabemos que es una especie que, se ha dicho, está en peligro de extinción y sí, tienes razón, antes eran dos o tres las personas que vendían iguanas ahora son muchísimas mujeres vendiéndolas”.
A pesar de no contar con un presupuesto por parte de las autoridades municipales y estatales, sólo ha existido una ocasión, hace seis meses que no lograron completar el proceso de reproducción en los últimos 10 años el hecho sucedió ya que el iguanario del Centro de Educación Ambiental fue asaltado y más de 40 iguanas hembras fueron robadas.
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Eduardo lamentó que la población no respete el trabajo que él y los voluntarios hacen por mantener la población de esta especie de iguana. “Nos robaron como 30 o 40 iguanas que eran las que ya estaban cargadas; sin embargo ahorita ya tenemos hembras y machos que entraron en el periodo de celo en diciembre y enero, ahorita las vamos a meter de nuevo a las cajas para que desoven y seguir con el proyecto”.
Para los ambientalistas, la mejor manera de encontrar un equilibrio ambiental entre lo que se consume y la población de iguanas, es la creación de granjas por parte de las cocineras zapotecas, “Sobre todo a lo mejor para las paisanas, hemos creído un poquito que sí puede crearse una granja de iguanas, está permitido por las Semarnat y seguir adelante con este proyecto”.
VRM