El obispo de la diócesis de Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos, llamó a rezar por los asesinos y criminales para tengan indulgencia y los perdone Dios, al tiempo de exigir justicia por el último atentado reportado en contra del sacerdote Felipe Velez Jiménez en Chilapa de Guerrero.
En la celebración de la misa dominical, desarrollada en la Catedral metropolitana, el obispo solicitó a sus feligreses orar a favor de los criminales, a los que llamó a reencontrarse con Dios, para que alcance la rendición y cambien el rumbo de sus vidas.
Afirmó que en esta jornada de oraciones, que sumó a los 350 templos y parroquias en Oaxaca, no fue para incitar a la rebeldía, sino reflexionar en la comuna y para exigir justicia, para que las autoridades, cumplan su deber y apliquen la ley.
“Por que no queremos, que se mate a los asesinos, ¡no!, solo clamamos por que se haya justicia, y quienes cometieron delitos paguen por ellos con la sanción correspondiente, no pedimos otra cosa”.
En entrevista con MILENIO, el sacerdote afirmó que lo que le toca a la iglesia en este escenario de violencia solo es pedir a Dios, porque se serene el país y vuelva la paz y la tranquilidad a todas las familias mexicanas.
“Nuestra jornada fue solo para pedir paz y seguridad, para que nuestros pueblos reflexionen en un cambio de actitud junto con la gente, para que no se siga generando inseguridad y luto en las familias ”.
El obispo afirmó que la oración de toda la iglesia de Oaxaca y de México fue para pedir también "por nuestros enemigos, por que a veces no sabemos ni por qué, pero rezamos porque dios toque su corazón endurecido y los perdone”.
Dijo que los asesinos tienen también el derecho a la redención porque sólo así se calmará sus acciones y se acabará sus odios y sus ambiciones de poder.
“Ojalá que la ambición de tener y sentirse poderosos, pues vaya bajando para que solamente, puedan descubrir estas personas que hacen el mal, que todos somos hermanos, y que tenemos que respetarnos en todo y en la vida”, agregó.
“En la iglesia mexicana vivimos unos días de profunda oración, de acudir a dios y de pedirle que nos llene de paz, que nos conceda la paz que tanto necesitan nuestras ciudades y pueblos. Y a todos nos toca trabajar por la paz, empezando por una paz personal, en esa relación con Dios, y en esa relación con nuestros hermanos".
ledz