Con el cierre de las estancias infantiles se fragmentó el cuidado de la niñez, afirmó la profesora del Colegio de la Frontera Norte, Cirila Quintero Ramírez, quien realizó una investigación para medir el impacto que esa política pública trajo entre las madres trabajadoras de Matamoros.
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Precisó que del 2016 al 2023, Tamaulipas perdió 173 guarderías, de las cuales 131 eran privadas y 42 públicas. Subrayó que en aquella ciudad fronteriza solo quedaron 39 para atender las necesidades de 50 mil mujeres que laboran principalmente en la industria maquiladora.
“El desbalance es preocupante, tener guardería es un privilegio. Cuando se cambia un programa como este trastocas todo, no solo dejas a un niño sin cuidado, se altera todo para las madres trabajadoras, se deshumaniza”.
¿Qué impacto tuvo en las madres que desapareciera el programa Sedesol?
La académica analizó los efectos que la desaparición del programa de Sedesol produjo en las madres trabajadoras, quienes tuvieron que recurrir a distintos actores para encargar a sus hijos mientras ellas buscaban el sustento familiar.
Explicó que “es un cuidado fragmentado” porque las mujeres se ven obligadas a distribuir entre varias personas la atención a sus hijos para poder cumplir su jornada laboral, no solo en la industria maquiladora sino también en el comercio y servicios.
“Ya no existe un modelo integral de cuidado del niño, porque se le brindaba alimentación equilibrada, atención psicológica, actividades educativas y lúdicas con horarios de siete de la mañana a cinco de la tarde que permitía conciliar trabajo”.
Madres de Matamoros no cuentan con redes de apoyo para cuidar a sus hijos
Quintero Ramírez expuso que con la medida aplicada en el sexenio pasado no salió la mujer del mercado laboral, pues muchas son jefas de familia y proveedoras. Enfatizó que en Matamoros impactó mucho porque la mayoría no cuenta con redes familiares de apoyo, al ser personas migrantes o porque todos sus parientes trabajan.
“Las mujeres han tenido que asumir la resolución del cuidado infantil sin una corresponsabilidad gubernamental o empresarial; muchas con un esposo ausente porque está del otro lado trabajando o porque su pareja no vive con ellas”, mencionó al participar en el seminario “Cuidado Infantil en Matamoros. Lecciones del pasado para construir el presente”.
Según lo observado por la especialista, muchas tuvieron que pagar servicios privados de guardería, o a terceras personas como conocidos, amistades y vecinos. Otras dejaron su empleo, pero se sumaron a la informalidad para no dejar de percibir ingresos y salir adelante con sus hijos.
“Lo más delicado es cuando los niños se quedan solos porque papá y mamá están trabajando, quienes laboran en el comercio a veces pueden llevarlos consigo, pero es común que los dejen en el hogar y el mayor se haga cargo, es un auto cuidado”.
Cirila Quintero manifestó que el apoyo gubernamental que sustituyó a las estancias infantiles fue dirigido a sectores con altos niveles de pobreza como ejidos, en lugar de ayudar a madres trabajadoras de la ciudad que requerían el cuidado infantil.
Añadió que en Tamaulipas, la ley vigente sobre el cuidado de la primera infancia viene desde el 2014 y el año pasado se presentó una nueva propuesta pero no fue discutida a profundidad y es importante actualizarla.
BRR