En Coahuila, el delito de omisión de cuidados se tipifica como abandono de incapaz y está constituido en el artículo 211 del código penal del mismo estado, el cual indica que las penas van desde los tres meses a los dos años de prisión, además de una multa a toda aquella persona que ejerza algún tipo de violencia o lo induzca a una persona que no es capaz de valerse por sí misma.
Es en caso de violencia física, psicológica, o abandono, que la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) del estado toma conocimiento de lo que ocurre, su prioridad es restituir los derechos de las niñas, niños y adolescentes, mientras permanecen en el seno familiar, en caso de que su propia familia no pueda hacerse cargo se busca un nuevo entorno.
Estrella Cardona Belmares, subprocuradora para niñas, niños y familia en la Región Laguna, señaló que las omisiones muchas veces pueden parecer normalizadas pero representan un riesgo para las víctimas, además señaló que las incidencias se vuelven cada vez más graves, “las personas o las familias pueden minimizar el dejar a los niños solos en casa y de ahí partimos, hablamos de que una omisión es también no registrar a los niños”.
No registrar a sus hijos, no inscribirlos a la escuela, dejarlos sin supervisión o a otro menor de edad cuidando a sus hermanos, que los niños tengan una mala alimentación que desencadene a la desnutrición, que no tengan una buena higiene, son también formas de omisiones, según lo mencionó la subprocuradora, y son aspectos que toman en cuenta al intervenir en un caso.
¿Cuáles son las razones más comunes?
Hay diferentes razones por las cuales un padre o una madre pueden llegar a cometer este tipo de omisiones, Ariadne Lamont, coordinadora de la Colectivo Justicieras para nuestras Infancias en La Laguna, indicó que en ocasiones se trata de una madre soltera que debe salir a trabajar, o por la situación económica ambos padres salen de casa dejando a los menores y no hay una red de apoyo para dejarlos con alguien más, sin embargo, también existen aquellas personas que han crecido en un ambiente de violencia y lo replican, tienen alguna adicción que los incapacita para cuidar de alguien más, y en otros casos, son personas que no quieren tener el compromiso o la responsabilidad.
Para la activista, se trata de un tema social mucho más profundo, en donde las personas que nacen en un ambiente familiar lleno de violencia u omisiones, tienden a replicar las mismas actitudes ahora con sus hijos, “muchas veces vienen de una infancia en donde también vivieron omisión de cuidados, pareciera que la historia de sus niños, de sus niñas son réplicas de mamá y papá, porque es lo que aprendieron, si un niño crece viendo su casa sucia, recibiendo regaños para que haga las cosas, crece golpeado o crece humillado, esa criatura va a pensar que es normal y cuando crezca va a reproducir todos esos roles, a menos que ocurra algo en sus existencia que lo haga tener un cambio de dirección”.
Maestros, primeros en notar cambios en comportamiento
Es la misma sociedad quien se da cuenta cuando algún infante o adolescente se encuentra en estado de abandono o de omisiones por parte de sus tutores, la subprocuradora Estrella Cardona señaló que muchas veces son los maestros quienes notan primero el comportamiento de los alumnos, y quienes están obligados a denunciarlo, pero también los vecinos lo pueden hacer.
Cardona Belmares explicó que aunque lo primordial es que el niño, la niña y el adolescente se encuentren en su misma familia, hay ocasiones en donde tienen que ser retirados de sus hogares y resguardarlos en algún albergue, ya sea porque el único tutor sea consumidor de drogas al igual que el resto de la familia que podría hacerse cargo, haya sufrido de violencia física o sexual.
“Sí emitimos esta medida especial de protección principalmente cuando hay consumo de drogas… cuando no hay alguien apto para resguardarlo o que no me acrediten que no consume, cuando ya hay mucha violencia, que los niños presentan lesiones físicas, o cuando están abandonados, porque sí nos hemos enfrentado a esto que vamos a domicilios y el niño está solo, pero agotamos todas las opciones”, aclaró.
Por su parte, Ariadne Lamont, integrante del colectivo, señaló que en años anteriores ella acompañó varios casos en donde las razones por las que los niños eran retirados de su familia era porque la casa no estaba limpia, “a veces es porque tienen la casa sucia pero si la mamá está trabajando y regresa muy cansada, es algo que se ve desde años atrás desde que Pronnif se creó, en vez de ser una organización que vele por los derechos de los niños, parece ser una organización que está en contra de los mismos niños”. Pero las madres, padres o la familia sí pueden recuperar a los niños, aclaró Estrella Cardona.
“La intención de Pronnif no es quedarse con los niños, nosotros tenemos un enfoque restaurativo y ayudamos a que la familia se restaure, porque el restituir los derecho de la familia a los niños también es una prioridad”, enfatizó la subprocuradora, quien además explicó que una vez que la familia acude se inicia con el proceso, primero revisar que la familia pueda hacerse cargo y posteriormente, que la niña, el niño o el adolescente están en terapia, se cuenta con el apoyo también del Centro de Atención e Integración Familiar, y en caso de consumo, el Centro de Integración Juvenil, con los que trabajan de la mano.
Es ahí donde también entra el Colectivo Justicieras para nuestras Infancias, Lamont dijo que ellas dan el acompañamiento, aunque en muchas ocasiones también reciben reportes de omisiones en la ciudad, así como de violencia vicaria, esta última, en donde los padres retiran a los niños de sus madres de una forma injustificada, “hemos acompañado muchos casos desde hace unos diez años en donde las mamás quieren recuperar a sus hijos después de que el estado los resguardó”.
Indicó que primero toman conocimiento del caso, platican con la madre y luego consignar a Pronnif, darles la facilidad para hablar con los medios en caso de que se los soliciten y brindar el acompañamiento en el proceso legal que enfrenten, asimismo, cuando intentan recuperar a sus hijos y que en muchos casos es posible.
Llaman a la comunidad a cuidar a los menores
Sin embargo, señaló que la omisión de cuidados y un niño violentado, también le corresponde a la sociedad, quienes muchas veces prefieren voltear e ignorar el problema, y señalar a la madre omisora como una criminal, mientras ignoran la problemática, por ello llamó a ser parte de los cuidados de los niños de la misma comunidad.
“Cuando vemos delincuencia son niños que tuvieron infancias traumáticas, y entonces la sociedad tendríamos que decir, ´son nuestros niños´, aunque no sean nuestros, como en los tiempo antiguos, mi generación creció cuidada por la vecina, por la mamá de la amiga y todas las mujeres e incluso los hombres sentían la obligación de cuidarlos, y ahora no, eso se ha perdido, entonces la responsabilidad solo es de papá y mamá, y no, es una sociedad omisa que voltea para otro lado y no le gusta saber que hay niños violentados”.
EGO