Ver libreros llenos y explorar las viejas páginas de extensos volúmenes y clásicos de la literatura universal, fotografía, cocina, cine y de cualquier tema es una sensación muy particular, hay quien dice que es como tener a la humanidad entre dos pastas o al mundo entre las manos. Solo quien haya podido explorar los viejos libros de su familia, una biblioteca o una librería podrá recordar cómo se siente.
Sentirse como un niño en una dulcería es lo que deja atravesar la puerta y adentrarse en los pasillos de la librería Otelo, ubicada en la avenida Juárez entre las calles Treviño e Ildefonso Fuentes en Torreón, con música de piano y un olor particular a papel antiguo que nos recuerda a los viejos ejemplares encontrados en casa comienza la aventura de navegar entre siglos de historia humana plasmada en páginas de viejos volúmenes.
Ahí, uno es recibido con mucha amabilidad por Doris, el alma detrás de este particular punto de venta de libros usados, que a lo largo de tres décadas se ha dedicado a comprar y vender historias, un mercado que llama poco la atención, pero al que en algún momento todos hemos recurrido en busca de algo en especial, un ejemplar de colección, un regalo o por simple curiosidad.
Por amor a los libros
Doris Romero cuenta que su esposo recién jubilado y con una vida como lector tuvo la idea de vender los libros que tenía, un poco “por tener algo qué hacer” y comenta que en sus inicios la librería se encontraba sobre la calle Galeana y avenida Matamoros, donde ahora se ubica la presidencia municipal.
A lo largo del tiempo Otelo se ha convertido en el refugio de un número pequeño pero considerable de lectores, algunos desde pequeños se habituaron a cultivarse a través de libros que en años anteriores deleitaron a otros amantes de la lectura.
Ahora ante la pérdida de su esposo, Doris comenta que creía que el negocio se vendría abajo, sin embargo se dice sorprendida que hasta el momento su librería siga en pie gracias a sus fieles lectores que a diario acuden a buscar sorprenderse con algún hallazgo literario y la gran dedicación a diario que imprime en el trabajo que ama.
“Yo pensé que esto iba a morir, pero hasta ahora no, ahí va. Ha incrementado, poco pero sí. Pensé que si nunca han leído ahora menos con el celular”.
Sobre quienes cada día acuden, afirma que la mayoría de sus clientes son jóvenes que comúnmente buscan novelas de terror, filosofía y el favorito para muchos ‘Harry Potter’.
Por el contrario los lectores de mayor edad buscan temas sobre política, Revolución Mexicana y novelas en general, autores como Luis Spota, Vasconcelos, Lenin y a los que conocieron en su tiempo, como ella menciona.
“Qué bonito negocio tiene”, le mencionó el único cliente en más de 3 décadas y para su sorpresa era un niño de once años de edad que buscaba libros de leyes mercantiles, finanzas, economía, política y Revolución; Doris recuerda que se emocionó a tal punto de no contenerse y abrazar al pequeño lector.
“Los niños no leen porque los papás no leen y no saben lo importante que sus hijos lean y se expresen”.
Sobrevivir a la pandemia
Al inicio de la pandemia del coronavirus en México entramos en confinamiento y evitar salir lo más posible era un gran reto, ya que de realizar trayectos para acudir a escuelas o trabajos cambió por estar detrás de una computadora o dispositivo con conexión a Internet, en el mejor de los casos lo podían hacer quienes pudieran realizar home office o clases a distancia.
Ante la incertidumbre que ha generado la contingencia a nivel mundial ante el aumento de contagios y el constante cierre de negocios, muchas personas cambiaron sus hábitos de consumo o los sustituyeron, como ejemplo, muchos han preferido arreglar sus zapatos o aparatos electrónicos a comprar nuevos y en ese sentido el comercio de libros usados no fue la excepción. Doris menciona que su clientela aumentó “ha incrementado un poquito más, los nuevos, los que no leían nada, por estar sin qué hacer, quiero suponer que eso fue”.
Grandes hallazgos
Al ser un lugar al que recalan libros antiguos, que fueron impresos hace años, algunos por editoriales que dejaron de existir, es de esperarse que se pudieran encontrar únicos. Aquí los conocedores encuentran ejemplares, tal vez encontrados por personas que limpian su casa, que desean agregar a su colección.
“Tú nunca sabes qué va a llegar de la casa de una familia que tiene años leyendo y que de repente no pueden conservar y no te imaginas qué puede haber. Por ejemplo ‘4 mil años de arquitectura en México’, ‘La historia de la historieta’, en fin, para los que saben es oro molido, hasta se pelean por ellos”.
Los clientes llegan de todos puntos de la Comarca Lagunera, muchos con el propósito de llevarse entre manos un libro único que probablemente ya no se imprime o hay pocos en existencia.
Adaptarse a la tecnología
Ante un panorama digital donde la información está a un clic de distancia y en la palma de nuestras manos, parece difícil que las personas se comprometan con la lectura de un libro, siendo que cuando se realiza una consulta para muchos es mucho más sencillo echar mano de la información en línea, sin embargo, Otelo se encuentra en redes sociales y se pueden contactar para preguntar sobre un libro o apartar algún ejemplar, así como al teléfono 8717 16 64 60.
De la misma manera se pueden llevar libros que se encuentren entre las repisas de la familia o ya no se pueden tener en casa, para que así ese ejemplar pueda tener una segunda vida, entretener a más personas y fomentar la lectura Otelo es el lugar ideal.
CALE