'Padre Pistolas' amaga con cerrar catedral en Morelia tras suspensión; da tres semanas para aclarar su caso

José Alfredo Gallegos Lara señala que sacerdotes le tienen envidia porque la gente lo prefiere a él para los bautizos, las bodas y los XV Años.

El padre asegura no haber cometido ninguna falta.
Francisco Valenzuela
Ciudad de México /

A José Alfredo Gallegos Lara, Padre Pistolas, no le preocupa la carta firmada por el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, donde sentencia que, luego de varias amonestaciones, ha decidido suspenderlo para oficiar liturgias.

En entrevista con MILENIO, el sacerdote de Chucándiro afirma que dará una tregua de tres semanas para que se aclare la situación, pues no ha cometido falta alguna. De no ser así, irá con todos sus seguidores a la catedral moreliana para cerrarla, a manera de protesta.

Ataviado con sombrero negro y un cinturón piteado que dice es bastante caro, señala: “Es la tercera vez que me tratan de suspender, pero yo no cojo, no robo, no me emborracho, atiendo a mi parroquia y cinco más, no paro de trabajar”. 

Subraya que todo este lío se debe a que sacerdotes de la región le tienen envidia porque la gente lo prefiere a él para los bautizos, las bodas y los XV Años: “No voy a decir nombres porque uno de ellos tiene mucha cola que le pisen”.

Incrédulo en la veracidad del documento dado a conocer por el arzobispado, señala que es amigo personal de Carlos Garfias, quien seguramente le terminará diciendo que lo estima mucho y lo admira, aunque acepta que no lo ha recibido. “¿Qué me puede decir?, yo tengo mi licencia sacerdotal firmada por él mismo y se vence hasta 2023, así que no tengo problema para oficiar”.

Pobladores lo apoyan

Envalentonado, asegura que mil motociclistas de Uruapan ya le prometieron unirse a las protestas, además de otros feligreses de Tierra Caliente y de los estados de Guanajuato y Querétaro. “La gente está muy enojada y quién sabe qué vaya a pasar”, concluye.

Entre los vecinos de Chucándiro, es difícil encontrar a alguien que no apoye la causa del Padre Pistolas. Comerciantes, mujeres y hombres de la tercera edad, así como los más jóvenes, dicen estar con él, sin importar que sea mal hablado, machista y misógino. 

“Estamos atentos al llamado de cualquier cosa que suceda”, dijo una mujer entrevistada al interior del templo. En la plaza, la señora que vende cenas no se asusta por el lenguaje florido con que el padre se dirige a los creyentes: “Habla igual que nosotros y ahora resulta que se espantan; no se entiende y no vamos a aceptar que manden a otro, él ha hecho muchas obras, hace más que los presidentes municipales”.

Otra mujer dedicada a la venta de fritangas también lo respalda: “Los templos estaban en ruinas, él ya los dejó muy bonitos y también nos puso el Colegio de Bachilleres. Desde hace 18 años es el mismo, igual de grosero, pero así lo queremos, no lo vamos a dejar ir”.

Parroquia personalizada

La parroquia de San Nicolás Tolentino, construida en 1642, es todo un tributo al Padre Pistolas, con placas que presumen su apodo, fotos donde se le ve montado a caballo e incluso un curioso letrero, a manera de parodia, donde se ofrece recompensa por su paradero. 

En el patio hay una escultura de alambre que simula su silueta, con botas, una guitarra a manera de cintura, el sombrero y desde luego una fusca en cada mano. Queda colgada una manta donde se anunciaba la cabalgata por su cumpleaños, el 15 de enero, para lo cual se hizo un recorrido desde Morelia.

Por el momento, Carlos Garfias Merlos no ha querido emitir más declaraciones, aunque su departamento de Comunicación Social confirmó que la carta fichada con el decreto D15/22, escrita el 21 de septiembre, es auténtica.

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