Ante la llegada del Ejército a Michoacán para expulsar a los grupos criminales del estado, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el párroco de Aguililla, Gilberto Vergara García, dijo que la población no espera solamente que las Fuerzas Armadas hagan presencia, sino también que garanticen la paz y "que sea el Estado de derecho lo que rija".
"De eso se trataría tener el control: que sea el Estado de derecho lo que rija, que nosotros nos rijamos por eso y que sepamos que nos garantiza la paz, y que el Ejército, el gobierno, tiene la facultad plena y la facultad de vigilar por el bien de todos", expresó en entrevista con Azucena Uresti para Radio Fórmula.
El líder religioso también indicó que se ha visto un cambio en la región desde que el Ejército intervino, pues los cárteles ya no salen a las calles como antes.
"Quien se siente dueño de la tierra sale a presumir, ¿no? Pero ahorita no los vemos, entonces eso ya es un cambio. Que no quiere decir que no estén. Entonces, podríamos decir que el Ejército ha hecho presencia, pero una cosa es presencial y la otra es control. Lo primero ya está, el control tendríamos que verlo. Yo creo que estamos en ese camino", añadió.
No obstante, informó que desde la llegada del Ejército hasta la fecha, no han tenido contacto directo con ellos para sentarse a dialogar.
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"El proceso de pacificación no es algo que tenga venir de fuera, sino que es algo que se tiene que germinar desde dentro, y, por lo tanto, los que estamos ahí tenemos que participar de una u otra manera y esperemos que nos convoquen también para eso", dijo.
"El siguiente punto es este: ya entraron y está bien, pero creo que no era la finalidad solamente. Llegar es un paso, porque ahora lo que sigue es lo interesante. Una presencia tiene que llegar con un buen plan para dominar la situación, para que tengamos la certeza de que no van a llegar, nada más clavar la bandera, y después irse, dejándonos a merced de lo que venga, no", dijo.
El párroco señaló que el gobierno debe entender que la población tiene que colaborar para poder garantizar la paz en el estado.
"Tenemos que entender todos que en esta batalla no pedimos estar en medio, pero estamos; no somos contrincantes ni cómplices, pero ya estamos cansados de ser víctimas", dijo.
El 9 de febrero comenzó la incursión de las fuerzas castrenses en Michoacán y, 24 horas después, Aguililla ya estaba sitiado. Diversos puestos de control fueron instalados en la carretera que conecta dicho municipio con Buenavista Tomatlán.
Cualquier vehículo es revisado por los militares con la intención de detectar personas armadas o que trafiquen drogas.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó mediante un boletín de prensa, que tras la incursión del Ejército en Michoacán, 43 localidades que estaban bajo control del CJNG fueron liberadas.
En la región de Aguililla-El Aguaje se aseguraron 185 paquetes con mariguana, se incautaron seis armas largas, 11 cargadores de diferentes calibres, cuatro cofres, mil 138 cartuchos de diferentes calibres, así como 23 artefactos explosivos improvisados, 21 vehículos tres de ellos blindados, una motocicleta y un tractor.
EHR