Encuentran en Semefo al capitán del yate Tiger, un día después del impacto de 'Otis'

Pedro Espinosa García fue encontrado sin vida por las autoridades ministeriales. Sus últimos momentos los pasó con el náufrago que nadó cinco horas para sobrevivir

El capitán, un hombre de 39 años, acudió la noche del martes a resguardar la embarcación | Diseño por Mauricio Ledesma
Rafael Montes
Acapulco /

La familia del capitán Pedro Espinosa García, jefe del yate Tiger, que estaba desaparecido desde el martes cuando pegó el huracán Otis en Acapulco, informó que ya fue encontrado en el Servicio Médico Forense (Semefo).

Pedro Espinosa García fue encontrado sin vida por las autoridades ministeriales el miércoles, un día después del huracán, en las inmediaciones de la base naval, en donde su embarcación intentó resguardarse.

Hoy su padre lo reconoció en el Semefo.

El capitán, un hombre de 39 años, acudió la noche del martes a resguardar la embarcación ante el anuncio de la llegada del huracán, como lo hacen en cada tormenta, pero no imaginaron que el ciclón fuera tan letal.

Su padre, Pedro Espinosa Vargas, platicó a MILENIO que la última vez que supo de su hijo fue el martes 24 antes de la llegada de Otis.

“Fue a la casa por sus cosas porque iba a resguardar el yate, le dieron órdenes de resguardarlo en la Marina naval, pero desgraciadamente nunca se imaginaron la inmensidad o lo inmenso que iba a ser esto”, dijo.

Espinosa Vargas reconoció que desgraciadamente las instrucciones que se dan a los responsables de las embarcaciones siempre implican mantenerse en los navíos pese al mal tiempo.

“Desgraciadamente así es, así es su trabajo, que no quisiéramos porque saben el riesgo que lleva”, lamentó.

El señor Espinosa Vargas participó el lunes en una manifestación de familiares que se reunieron en las inmediaciones de la glorieta de la Diana Cazadora, en la costera Miguel Alemán, para exigir que se hiciera una búsqueda exhaustiva en el mar, con aeronaves, pues al menos 50 personas, entre capitanes y marineros, siguen sin ser encontrados.

“Es moreno, alto, 1.72, entradas de calvicie, y tiene un pequeño tatuaje en la pierna”, describió ese lunes Anabel Espinosa, su hermana, mientras sostenía pancartas junto con otros familiares de marineros extraviados.
“Su embarcación se hundió entre Las Brisas y la base naval”, añadió su padre, que acompañó a su hija y a su nuera a la protesta que, ante la desesperación, por poco se convertía en un bloqueo de la vialidad.

El capitán Pedro Espinosa comandaba la misma nave en la que Eduardo Candela era marinero.

MILENIO se dio cuenta hace unos días de cómo Candela sobrevivió al huracán y nadó cinco horas para salir del mar luego del naufragio.

“Estos días yo no he podido dormir bien, yo soñaba a mi capitán, he soñado a mi mejor amigo, Marco; te lo juro por mis hijos que los he soñado, no puedo dormir, me espasmo y despierto, pero tenemos la esperanza de que estén en la Ciudad de México o en Chilpancingo, también ahí hay heridos”, dijo Candela a MILENIO el pasado lunes.

Desfile en el Semefo

Por el Semefo desfilan todos los días familiares de personas que desaparecieron a causa del huracán.

Ayer fue la segunda ocasión que Nimia Gómez visitó la morgue con la esperanza de identificar el cuerpo de su hermano, tripulante del yate turístico Acarey, uno de los más tradicionales de la bahía.

“Busco a mi hermano, a José Federico Gómez Ortiz. Trabajaba en el Acarey, allí estaba trabajando. Ese día nos informaron que fueron cinco personas las que estaban trabajando, entre ellos, el capitán que ya fue localizado y fue entregado ya a sus familiares, pero a nosotros no, nos cargan como pelotas rebotando, que para acá y para allá y que ya apareció, venimos a Semefo y que no, que no aparece y que no aparece”, se quejó.

El señor cargó la foto de su hermano, quien en la imagen posa con una bandera de México en el muelle de la zona de yates de Acapulco.

“Lo que tememos es que él esté en el fondo del mar, que se haya metido, junto con sus otros tres compañeros… porque tenemos la seguridad de que se escondieron en una cabina del Acarey y allí están, pero el Acarey está hundido y por eso no han podido flotar, pero queremos que los buzos lo busquen porque no hay nadie, ningún personal buscando ya”, dijo.

Enojada, la señora aseguró que seguirá insistiendo en las oficinas de la empresa dueña de la embarcación.

Mientras ella salía enojada del Semefo, en la puerta, Juan José Canchola veía todo. Él llevaba ahí casi ocho horas esperando un acta de defunción de su compadre, Adolfo Landón, un electricista de 45 años, contratado por la Comisión Federal de Electricidad, que murió en Acapulco mientras ayudaba a restablecer la energía eléctrica.

“Ayer le dimos sepultura en el Estado de México y ahorita nada más queremos nuestros papeles que nos los den bien, porque se llenaron mal y todo es tardado por falta de todas las dependencias que no estaban abiertas, por falta de personal, por todas las condiciones por las que está pasando Acapulco, entonces hasta ahorita espero que nos den todos los documentos como debe ser”, explicó.

Canchola platicó que su compadre murió de un paro cardiaco.

“Lo encontraron donde estaban poniendo postes para sustituir unas torres que se cayeron, ahí por Tres Palos; sus compañeros llegaron para querer auxiliarlo, pero la falta de movilidad… fue el domingo, estaba reciente todo”, dijo entristecido.

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