Fue a la cárcel por buscar el cuerpo de su esposo en la mina Pasta de Conchos

El año pasado, la esposa de Eliud Vaquera intentó entrar a la mina y fue detenida por los guardias, a pesar de que ella era conocida por la encargada de Grupo México.

La coahuilense ha hecho todo lo que puede para mantener a su familia tras la muerte de su esposo. (Rolando Riestra)
Editorial Milenio
San Juan de Sabinas, Coahuila /

A catorce años de que Eliud Valero quedó sepultado en la unidad 8 de la mina Pasta de Conchos, su esposa Aída Griselda Farías insiste en que el rescate es necesario para poder trascender el desastre y comenzar a transitar por una ruta que lleve a las familias a la reconciliación con el hecho. 

Para ella, la despedida es necesaria, en particular para los hijos de los mineros que murieron, pues no han podido entender lo que ocurrió la madrugada del 19 de febrero de 2006, cuando se derrumbó la mina quedando atrapados 65 mineros de los cuales solo dos cuerpos fueron recuperados, en medio de un contexto de impunidad industrial.

"Tengo dos hijos que a la fecha tienen 30 y 21 años y que todavía me siguen preguntando cuándo le vamos a dar cristiana sepultura a su papá". 

Dejar México

Para poder sostener a sus hijos, Aída ha tenido que irse por temporadas a trabajar a los Estados Unidos pues con el apoyo económico que le asignó el estado y que equivale a 2 mil 500 pesos mensuales, simplemente no alcanza para sobrevivir, lo que la orilló a ponerse en la piel de los migrantes.

"Es insuficiente y me he tenido que ir por temporadas a trabajar para poder sacar adelante a mis hijos. Al principio nos daban 2 mil 200 al mes, es mínimo lo que ha aumentado y yo tuve qué trabajar. Di unas clases de repostería también. Hace uno lo que puede para sacar a los hijos adelante. Ahora tenemos la esperanza con el presidente que tenemos, de que nos den los restos para darles una cristiana sepultura y poder estar en paz con uno mismo".

La paz que ella busca la alejaría de la depresión que después de catorce años sigue sintiendo y que la impulsó a brincar el perímetro de la mina para sentirse más cerca de Eliud.

"Entra uno en una depresión muy fuerte, tiene uno la necesidad de platicar con ellos. Dirán que los muertos no oyen y no sienten pero es una tradición y se trata del compañero de nosotros, de mi compañero y vine y pedí permiso para entrar y no me dejaron. Pero llegué hasta la cárcel porque me brinqué la cerca y me echaron a la policía. Eso fue el 13 de septiembre del año pasado."

Los restos de su esposo

"Me sacaron como una delincuente, esposada. Llegaron cuatro patrullas, una ministerial, y como le dije al guardia, le pedí que me dejara pasar porque me sentía mal. Me dijo que no y yo le dije que otras veces había pasado".

Por el rostro de Aída comienzan a deslizarse las lágrimas. Y confiesa que al llegar a la entrada de la mina sentía coraje e impotencia y lo único que pensó fue en brincar la cerca.

"De hecho yo me fui platicando con la encargada de Grupo México, Aracely Rodríguez, y ella sabía perfectamente a dónde iba porque yo dejé el carro aquí afuera (de la mina) y lo único que llevaba en mis manos era el celular; dejé llaves, dejé bolsa, dejé todo. Iba hablando con ella y le dije:  'Chely, yo me siento mal, traigo problemas con mi hijo, yo necesito estar ahí, dame 10 minutos, ni voy a hacer nada'. Ella me decía: 'Sí, ve y ahorita cuando salgas vienes para acá y nosotros te vamos a proporcionar ayuda si tú quieres'".

Sin embargo, Aída refiere que no pasaron ni 5 minutos y ella iba llegando al altar que colocaron para los obreros cuando ya estaban atrás los policías que a estrujones la detuvieron. 

"Yo seguía hablando con ella y le dije: ¿Chely, por qué me haces esto? Me dice el encargado, que se llama Daniel, que me van a llevar porque yo estoy en una propiedad privada y le dije que para mí la mina no es una propiedad privada, a mí entrégame los restos de mi esposo y yo me salgo, yo no tengo nada que hacer aquí. Para mí no es propiedad privada porque ahí está mi esposo".

La funcionará le colgó y ella estuvo detenida aproximadamente seis horas. Luego llegó una abogada y el gerente de la empresa junto con el guardia. No levantaron cargos pero en los separos le cobraron 2 mil pesos sin darle un recibo. Los policías que ejercieron la detención dijeron que eso le cobraban por el tiempo que habían perdido. 

Además, Aída apuntó que tras el incidente Aracely Rodríguez la exhibió en redes sociales.

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