Tras la volcadura del autobús en el que viajaban 60 peregrinos que dejó como saldo tres personas muertas y 56 pasajeros heridos, en el Barrio de Fátima, ubicado en el municipio de Ajalpan, pobladores lamentan la muerte de sus conciudadanos, sin embargo, ya se piensan en próximas peregrinaciones.
No obstante, familiares de los occisos señalan que la aseguradora de la línea Coordinados de Lujo ha buscado la manera de no cubrir las indemnizaciones, pues solo ofreció 40 mil pesos a dividir entre las tres familias deudas. Al no aceptar el pago, los afectados buscarán un proceso legal contra la empresa para que se reciba la cantidad correspondiente.
El 6 de febrero, a un día de la fatal volcadura del autobús 5 de la línea Coordinados de Lujo en el kilómetro 39 de la autopista México-Puebla con destino a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, los cuerpos de Juan Romero, Tomás Feliciano y Flavio Vicario arribaron al Barrio de Fátima, en la Mixteca poblana.
En el poblado los ciudadanos se mantienen de luto. En el templo local se pueden apreciar los murales de la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Fátima, punto de donde partieron dos autobuses la madrugada del 5 de febrero con, al menos, cien devotos a La Morenita del Tepeyac, sin embargo, solo uno de ellos llegó a su destino.
Moños negros y tres enlonados en casas ubicadas en la zona central del Barrio de Fátima, señalan los puntos donde las víctimas fueron veladas.
Al ingresar a los domicilios de los que no regresaron Juan, Tomás y Flavio, los rostros destrozados de las familias reflejan el dolor de su sentir, pues también otros seres queridos se encuentran bajo recuperación médica por las lesiones del percance.
Entre las historias que MILENIO Puebla encontró en la comunidad, destaca la de Rafael Feliciano Sánchez, de 21 años, quien sobrevivió al trágico accidente, pero en el proceso vio morir a su padre, Tomás Feliciano Quixtiano, de 50 años, y fue testigo de cómo su sobrino de 3 años resultaba herido de gravedad, con lesiones que derivaron en la amputación de una pierna.
Rafael viajaba con su padre, su mamá, su sobrino y un amigo que pereció en el mismo accidente. El joven recuerda ir junto con su familia en los primeros asientos del autobús y aunque viajaba dormido, el grito del conductor que alertaba: “¡agárrense, agárrense!”, lo hizo reaccionar a tiempo.
“Desde que inicia el año siempre uno piensa en viajar a la Basílica el primer domingo de este mes; es una costumbre, pero lamentablemente ya no llegamos a nuestro destino, faltaba una hora y media o dos, pero pasó esto. Ya no pudimos llegar, al único lugar que llegamos fue a un hospital”, expresó Rafael, quien añadió que desde aquel día no ha podido dormir.... Después de que se volteara (el autobús) todavía se arrastró unos 20 metros, y después de eso pues yo me chequé, me puse a buscar a mis familiares. Encontré a mi mamá afuera del autobús, busqué a mi sobrinito y estaba en el parabrisas con la mitad del cuerpo cubierto y cuando encontré a mi papá, el autobús estaba encima de él, ya estaba prensado, yo quería salvarlo”.
El sobreviviente señaló que si bien su familia no busca culpables, pide a las autoridades y a la ciudadanía en general que brinden su apoyo a quienes perdieron un familiar en este accidente, pues ante casos como el de su sobrino, quien perdió un miembro inferior y requerirá de apoyos económicos, también otras familias perdieron al sostén económico del hogar.
Por último, la familia Feliciano Quixtiano señaló que si bien este evento fue traumático y lamentable, no dudarán en volver a peregrinar en un futuro para agradecer por aquellos que tuvieron una nueva oportunidad de vivir y por pedir por las almas de aquellos que partieron.
CHM