Perfil: Álvaro Corcuera, la mano derecha de Maciel

Después de conocerse la doble vida del fundador de los Legionarios de Cristo, la carrera de Álvaro Corcuera comenzó a caer porque se dudaba que éste no supiera de los abusos de Marcial.

El padre Álvaro Corcuera durante el capítulo general extraordinario de la congregación, realizado en Roma en febrero pasado.
Editorial Milenio
Ciudad de México /

De ser la mano derecha de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, Álvaro Corcuera pasó a convertirse en su sustituto y en el encargado de borrar la figura del religioso, acusado de delitos de pederastia que dejaron a la orden con la reputación dañada.

Nacido en la capital mexicana el 22 de julio de 1957, el religioso estudió en el Instituto Cumbres y más tarde, en el Irlandés, todos ellos centros pertenecientes a la orden fundada en 1941 por Marcial Maciel.

Se licenció en Ciencias de la Educación por la Universidad Anahuac de México, también perteneciente a los Legionarios, centro educativo que en 1999 le otorgó el doctorado "honoris causa"; también estudió Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Corcuera se incorporó a la organización seglar de la Congregación los Legionarios de Cristo, el Movimiento Regnum Christi, en 1974, orden en la que fue consagrado en el tercer grado un año después. En 1979 ingresó en la Legión de Cristo y en 1985 fue ordenado sacerdote.

Entre 1987 y 2005 fue rector del centro de estudios Ateneo Pontificio Regina de los Legionarios y de 1993 a 2000 fue también rector de la institución universitaria Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, ambas ubicadas en Roma, Italia. En el año 2001 fue nombrado consultor de la Congregación para los Obispos.

En el año 2005, la carrera del sacerdote se disparó al ser elegido director de los Legionarios de Cristo y de su Movimiento seglar, en sustitución de Maciel, que dimitió por razones de edad.

En 2006 el papa Benedicto XVI apartó a Maciel de su ministerio público por abusos sexuales tras calificar de "gravísimos e inmorales" sus comportamientos y por la vida que llevó "sin escrúpulos y sin verdadero sentimiento religioso".

Corcuera en todo momento aseguró que desconocía los delitos de Maciel. Pero aun así, los detractores de la Legión reclamaron su remoción al pensar que toda la cúpula cercana al fundador debía haber renunciado.

Estos y otros escándalos hicieron minar las fuerzas de Corcuera. A comienzos de 2012 reconoció que desde 2005 sabía que el sacerdote estadounidense Thomas Williams había tenido un hijo fruto de una relación con una mujer, algo que confesó en una carta en la que reconoció que no actuó "con la suficiente diligencia".

Poco después delegó "por motivos de salud" como director de los Legionarios en el vicario general, el alemán Sylvester Heereman, y hasta la convocatoria del Capítulo General.

Esta se celebró el pasado mes de enero y resultó elegido el mexicano Eduardo Robles Gil, por un período de seis años.

A finales de 2012 se le descubrió un tumor en el cerebro al tener que ser ingresado en un hospital estadounidense por unos fuertes dolores de cabeza.

A comienzos de 2013 fue intervenido quirúrgicamente de un tumor cerebral que resultó ser un glioma de cuarto grado, por lo que fue sometido a sesiones de radio y quimioterapia.

Pero el tratamiento no funcionó finalmente y el pasado mes de mayo Corcuera publicaba una carta en la que comunicaba que debía someterse a cuidados paliativos debido a la reaparición del tumor.

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