Viviana, de 41 años de edad dice que este 24 de diciembre se la pasará muy feliz, porque ella y sus seres queridos en realidad tienen lo más preciado, que es la salud.
Ella tiene tres hijos, Alicia de 24 años de edad y dos gemelos de 16 años, pero su hija es quien trabaja con ella en el crucero del bulevar González de la Vega y Lázaro Cárdenas, ahora Carlos Herrera en Gómez Palacio.
Desde hace 16 años se dedica a este noble oficio y también su marido es comerciante como ella, pero se establece en otro lugar.
“Antes trabajaba en las fábricas, pero con la llegada de mis gemelitos, tuve que dejar ese tipo de trabajo porque se me complicó mucho, pues los horarios no me permitían cuidarlos como se merecen”, expuso.
Es por eso que desde que nacieron ellos, se ha dedicado a la venta de semillas en los cruceros, ahora su hija también comercializa este producto, más ahora que está recién casada.
Alicia dijo que se casó en el mes de junio y su marido tiene otro trabajo, “no tenemos hijos aún y pues hay que echarle muchas ganas”.
Viviana por su parte, lamenta que las ventas están muy bajas, y si bien le va, saca 300 pesos, “creo que en tiempo de pandemia estuvo mejor la situación”.
Sin embargo, afirma que el tipo de producto (semillas y cacahuates) que ella comercializa en lo que es este mes de diciembre, “siempre da un buen bajón, no sé por qué, pero así sucede; sin embargo, no es lo mismo para quienes venden juguetes, ropa o regalos, pues creo que les va mejor”.
Con una gran sonrisa Viviana afirma que ella se la pasará muy bien este 24 de diciembre con su familia, sus tres hijos, su esposo, su yerno y sus padres, quienes aún viven.
Ella está muy agradecida con la vida, le da gracias a Dios por tener trabajo, contar con recurso económico para comer y salir adelante.
El trabajo de comerciante le ha permitido darle escuela a sus hijos, “por ejemplo, los gemelos están en prepa, le están echando ganas para que sea alguien en la vida”.
“Con que tengamos salud, ya con eso es mucha ganancia, pues hay gente que tiene mucho dinero pero no tiene salud que es lo principal, entonces para que les sirve tenerlo”, expuso, pero para pasarla bien preparará unos tamalitos y todos se reunirán en su casa ubicada en la colonia Pancho Villa de Torreón para saborearlos.
Todos los días se establecen en ese crucero y muchos conductores ya las conocen y compran su mercancía, “por ejemplo un joven me dejó un bolo, un bonito regalo que agradezco mucho”.
Mario, contento porque tienen a sus padres vivos
Mario es un joven que vende productos diversos en los cruceros, pero en esta ocasión, son luces bengalas y otros productos del tipo, comunes en esta temporada.
El con una gran sonrisa afirma que trabaja todos los días con mucho entusiasmo y esta Navidad se la pasará muy contento, sobre todo porque aún tienen a sus padres vivos.
“Eso es una gran ganancia, que los tengo a ellos y al resto de mis familia, estoy contento por eso y nos la pasaremos contentos”, dijo.
Aunque no sabe qué preparará su mamá para la cena de Nochebuena, se siente feliz porque son una familia unida.
Él vende a diario unos 300 pesos pero espera que este 24 de diciembre aumente la venta, “ya que son productos muy demandados en estas fechas”.
EGO