Es necesario ejercer mucho mayor control sobre el tráfico náutico que se desarrolla de manera creciente en Bahía de Banderas para proteger a las ballenas jorobadas, pues actualmente es abundante y desordenado y eso propicia accidentes como el que hace unos días sesgó la vida de un ballenato.
La investigadora Astrid Frisch Jordán resaltó que el avistamiento de ballenas jorobadas ha tenido un importante crecimiento en la región, pues se estima que cada año disfrutan de este atractivo alrededor de 15 mil turistas y hoy en día hay visitantes nacionales que viajan a este lugar exclusivamente por ello.
De hecho en la presente temporada de invierno, sobre todo en el periodo vacacional de fin de año, se tuvo una enorme demanda que seguramente incrementará esa cifra.
Consideró que mientras se respete la Norma Oficial Mexicana NOM-131-SEMARNAT-2010 y se actúe con sentido común no existe riesgo para las ballenas, de hecho de acuerdo a estudios realizados desde 2001 por el Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas ha cambiado de manera notable la conducta de los prestadores de servicios turísticos que se dedican al avistamiento.
Sin embargo, la asociación civil Ecología y Conservación de Ballenas (ECOBAC), que ella encabeza, cuenta con un programa de monitoreo, información y vigilancia de ballenas desde hace tres años, con apoyo de la CONANP, la Armada de México y la empresa Opequimar, mediante el cual se ha observado que en el avistamiento de ballenas predominan las embarcaciones privadas, incluyendo yates, jet-ski (que provocan sonidos muy intensos).
Explicó que en las tres marinas ubicadas dentro de la Bahía de Banderas se tiene capacidad para recibir cerca de dos mil embarcaciones, por ello es necesario concienciar a la gente.
Eso evitaría percances como el sucedido el pasado 29 de diciembre, cuando una embarcación con un motor de considerable poder golpeó con tal fuerza a un ballenato que le rompió la columna vertebral y le ocasionó la muerte.
También destacó que de manera paulatina tiene mayor presencia la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en su papel de vigilancia y se hace de manera coordinada entre las delegaciones de Jalisco y Nayarit, aunque sigue siendo insuficiente.
Reconoció que para la vigilancia la Profepa no cuenta con suficientes recursos y además enfrenta el obstáculo de que cuando los inspectores realizan recorridos por la bahía se corre la voz entre los prestadores de servicios autorizados y sobre todo los no autorizados para evadirlos.
La población de ballenas del Pacífico norte es de aproximadamente 20 mil individuos; cada temporada llegan a la Bahía de Banderas aproximadamente 500, no de manera simultánea. Esa cantidad está en crecimiento y en años recientes se han observado alrededor de 40 crías.
Astrid Frisch resaltó que en Bahía de Banderas se formó el primer equipo de la Red de Asistencia a Ballenas Enmalladas (RABEN) en el Pacífico mexicano, el cual está impartiendo capacitación en otros lugares. Ella es la coordinadora de la red.