Como cada año, el 1 y 2 de noviembre, México se llena de altares, catrinas, así como de aroma a incienso o copal para dar la bienvenida a los seres queridos fallecidos; que de acuerdo con la tradición, cruzan el Mictlán para estar con los mortales.
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Más allá de la festividad realizada desde casa, también se encuentran aquellos que acuden al camposanto a visitar a sus allegados que ahí yacen, mientras que, en contraste, otros continúan acumulando polvo en lugar de flores en sus lápidas.
Este es el caso del panteón Árbol Grande de Ciudad Madero, en donde cientos de personas se congregan durante los ‘Días santos’ año con año, para realizar la limpieza de las tumbas, así como su restauración.
¿Qué es la piedra de los quemados?
Dentro del cementerio se encuentra la llamada ‘Piedra de los quemados’, nicho en donde yacen los restos de los 25 trabajadores petroleros que fallecieron en la explosión del barco “Essex Isles” el 13 de enero de 1927.
La estructura, también llamada “El monolito” por su particular forma, tiene una altura de 2.5 metros y se especula que fue traída de Ciudad Valles, San Luis Potosí, para ser utilizada como monumento para los trabajadores fallecidos.
Algunos de los nombres que se encuentran grabados en la roca son: Sergio Vega, Isidro Banda, Pablo Rivera, Alfredo Ruiz, Pedro Araiza, Pedro Guevara, Martín Flores, Miguel Guzmán, Gregorio Vega, Hilario Zúñiga, Antonio Rivera, Melitón Rivera, Nicolás Bolaños, Benito Martínez, Miguel González, Mariano Delgado, José Montelongo, Juan S. Hernández, Eduardo Culebro, Antonio Cisneros, Gabriel González, Aurelio González, Indalecio Marfil, Norberto Rodríguez y Concepción Estrada.
¿Aún realizan homenaje a los petroleros de la explosión del barco Essex Isles?
A pesar de la magnitud de la tragedia, con el paso de los años la fecha ha quedado en el olvido, puesto que, además de la roca conmemorativa, solo queda una calle llamada 13 de enero en honor al suceso.
Aunque cada año se rendía un homenaje en este panteón en donde se reunían los familiares de las víctimas, desde 1993 ha quedado en el abandono, puesto que desde esa fecha no se ha realizado ninguna celebración.
Así como 'el monolito' múltiples tumbas se encuentran abandonadas, no obstante, muchos difuntos siguen siendo recordados cada año y son ellos quienes permiten que el camposanto se vea lleno de "vida" durante los ‘días santos’ y permita que salga del olvido en el que prácticamente se encuentra todo el año.
BRR