Guillermo Enrique Loredo Soto, propietario y chef del restaurante Fundadores de Loredo, explicó que la jaiba es sin duda uno de los “símbolos más importantes de la gastronomía de Tampico desde hace décadas”. Sin embargo, hay sitios como el Saladero, Veracruz, y Aldama, también en Tamaulipas producen crustáceos de mayor calidad y tamaño.
Admitió que el problema que han tenido que enfrentar desde hace aproximadamente cinco o 10 años, tanto los restauranteros como los pescadores, es encontrar jaiba de buen tamaño y sabor, pues la de Tampico es muy pequeña y solo sirve para extraer su pulpa.
“Regularmente de Saladero es de donde nos llegan” e inclusive nos han llegado del Pacífico mexicano.
“Yo la llegué a traer vía Distrito Federal. Era difícil pensar y ver que en México podrías encontrar mejor calidad de jaibas que en Tampico”, sostuvo el integrante de la dinastía Loredo, franquicia iniciada por su tío don José Inés Loredo, ex alcalde de la ciudad y quien instaló el primer restaurante donde se vendían jaibas entre 1930 y 1940.
“Se llamaba Tampico Club y la gente buscaba y pedían jaibas en la Ciudad de México. Estaba obligado a entregar jaibas de buena calidad, por lo cual llegaban en el primer vuelo Tampico-México.”
Explicó que su tío José Inés, para demostrar la frescura de sus jaibas, amarraba al crustáceo con un “hilito” y lo traía como mascota.
“El mote del Puerto Jaibo nos está quedando muy grande”, dijo.
El ex jaibero y ahora asesor del marcado de pescados y mariscos de La Puntilla, Antonio Gutiérrez Álvarez, reconoció que el crustáceo de mayor tamaño es importado.
“Conseguimos buena jaiba de la laguna de Tamiahua (Veracruz) y por ejemplo Morón (en Aldama) es un gran productor de jaiba y ostión.”
Recuerda que en su época de pescador no se tenía que esforzar mucho para conseguir un buen botín: una jaiba “grandotota para dejar satisfecho a cualquier comensal”.
Actualmente es un delito federal extraer pescados y mariscos de la laguna El Carpintero, debido a los niveles de contaminación en dicho cuerpo de agua.
INVASIÓN DE COCODRILO
La jaiba, que en su inicio desplazó a la nutria, símbolo en el escudo de armas y animal que da el nombre a Tampico, hizo que la ciudad tuviera el mote de Puerto Jaibo, pero con el paso de los años ha sido desplazado por la figura del cocodrilo, asegura el cronista vitalicio de la ciudad, Marco Antonio Flores.
“Era muy normal que si tú llegabas allá y querías llevar un regalo, lo más común es que en el aeropuerto comprabas tu cajita de jaibas rellenas congeladas.”
El cronista recalcó que en Tampico en la década de los 90, se instaló un zoológico en la laguna El Carpintero, el cual contaba con unos cuantos cocodrilos de tamaño mediano y pequeños, pero se reprodujeron.
También hay que recapitular un poco y recordar que el Cazador de cocodrilos, el popular y fallecido Steve Irwin, estuvo en la zona sur de la entidad en febrero de 2003.
“Es un modelo para el resto del mundo de cómo los seres humanos podemos convivir en estrecha armonía con grandes animales salvajes”, declaró el fallecido Irwin.