Un grupo de pobladores se organizó e incendió un crematorio que, acusó, operaba de forma clandestina. El caso ocurrió en la comunidad de San Isidro Monjas, del municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca.
Los quejosos reclamaron que en lugar se realizaban incineraciones y se guardaban cuerpos, algunos infectados de covid-19. Previamente, habían pedido al presidente municipal, Inocente Castellanos, que clausurara el lugar, pero el funcionario se negó, al argumentar que el sitio pertenecía a una empresa funeraria privada.
Los habitantes consideraron que hubo falta de actuación por parte de las autoridades municipales y determinaron causar el incendio en el sitio.
Los inconformes cerraron la carretera al lugar, llevaron gasolina para derramarla en el crematorio y así comenzaron el incendio.
Los vecinos habían entregado documentos al ayuntamiento de Xoxocotlán con los que, por la vía legal, denunciaron la grave contaminación que generaba el crematorio clandestino en su comunidad.
Según su argumento, cuando se incineraban los cuerpos, se levantaba una humareda visible y se dispersaba un olor fétido por la zona, cuestión que se repetía cada que llegaba una carroza fúnebre al crematorio.
ROA