Policías comunitarios y nuevo orden del crimen en Guerrero

Policías Comunitarios amenaza con extinguir a Guerreros Unidos, la organización criminal a quien se le adjudica la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El gobernador afirmó que los policías comunitarios usan armas prohibidas.
Rogelio Agustín Esteban y Melissa Del Pozo
México /

Desde el “corredor de la muerte”, en el municipio de Heliodoro Castillo en Guerrero, Salvador Alanís, vocero del Frente Unido de Policías Comunitarias del estado amenaza con extinguir a Guerreros Unidos, la organización criminal a quien se le adjudica la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Vestido de pantalón blanco, una camisa azul rey y una pistola con baño de oro e insignias de la santa muerte en el cinturón, el líder asegura que su movimiento esta en guerra y que ha tomado el control ya del 60 por ciento del estado, por lo que su siguiente paso será buscar a los normalistas desaparecidos y a quienes se los llevaron.

Alanís quien asegura haber extinguido al grupo de Los Tequileros y a su líder, Raybel Jacobo de Almonte, tiene en la mira a los que apodaban Los Matanormalistas y que podrían tener información sobre el paradero de los normalistas.

En octubre, unos meses después de la desaparición de los 43, se ubicó una manta de color blanco con texto escrito en tinta negra apareció en la reja de un terreno ubicado a un costado del 27 Batallón Militar, en el municipio de Iguala. En ella se señalaba a Vicente Popoca entonces líder del grupo de “matanormalistas al servicio de El Tequilero. En la manta se le acusa de desaparición de los normalistas.

Miembros del Movimiento por la Paz en San Miguel Totolapan y que desarticularon a la célula de El Tequilero en 2016, explicaron a MILENIO que los sicarios de Raybel trasladaban droga como “mulas” caminando por veredas y el Río Balsas desde Cocula hasta San Miguel, donde entregaban la droga a Guerreros Unidos, la organización criminal que los controlaba.

Los integrantes del movimiento relataron que los estudiantes pudieron haber sido sacados de Cocula por caminos rurales entre la Sierra, hasta llegar a las inmediaciones de La Gavia, pueblo de El Tequilero, quien tiempo después habría asesinado a quien era su jefe en Guerreros Unidos, Vicente Popoca.

“El Tequilero le pidió platicar en un lugar más alejado y se fueron a un llano y ahí ya había gente del tequilero que obligaron a los guardaespaldas de Chente Popoca a desarmarse y cavar sus tumbas y ahí lo mataron por que según estaba caliente el caso de los normalistas”, contaron integrantes del Movimiento por la Paz a Milenio.

En la manta atribuida a “El Choky también se leía “Sabemos que los responsables son los hermanos Casarrubias Salgado, Adán El Jitomate, Ángel El Mochomo, Sidronio El Chino, junto con los hermanos Benítez Palacios, Oziel El Oso, Víctor Hugo El Tilo, Mateo El Gordo, Salvador Chava Reynaldo Rey, El Cholo Palacios, también Gil, May, Chente Popoca y La Veva”, algunos de ellos implicados y aprehendidos de manera formal por el caso de los normalistas.

El poder de Guerreros Unidos comenzó a decaer tras la desaparición de los 43, en los meses subsecuentes y ello provocó una reorganización de las células criminales en el estado, también de las policías comunitarias que en la actualidad son 14.

“Tenemos el plan de acabar con Guerreros Unidos vamos a poner todas nuestras fuerzas y en un futuro se verá, ya peleamos contra los tequileros un grupo muy complicado, tenemos a San Miguel Totolapan en paz, enseguida peleamos contra Los Rojos en Guerrero, acabamos con “El Carrete” que también por fortuna el gobierno se lo puedo llevar vivo antes de que lo matáramos”

“Ahora vamos a acabar con el “Cartel del Sur o Sierra Unida que antes era del cartel de Los Rojos”, cuenta desde la montaña de donde se desplazaron miles de familias que dice, servían al señor de “I” Isaac Navarrete Celis, señala Alanis, a quien ahora se le vincula con Onésimo Marquina Chapa, alias “El Necho”, o el Señor del mal”.

Aunque Alanis asegura que son el resto de las policías comunitarias quienes se han fusionado con organizaciones criminales. “Fue la UPOEG, de quien nos dimos cuenta estaban relacionados con tres carteles, el primero de ellos el que controlaba “El gato de Medrano, muy famosos en la zona costera de Acapulco, también estaban con los de Jaleaca y un grupo de Los Rojos, una escisión que después se hicieron Cartel del Sur”.

Bruno Plácido, líder de las policías comunitarias de la UPOEG en San Marcos en la Costa de Guerrero, asegura que su organización es social, “jamás hemos hecho alianzas con ninguna organización criminal ni tampoco se trata de conquistar espacios, como si lo ha hecho Alanís”.

Placido señala que la UPOEG apoyó las búsquedas de personas desaparecidas desde 2014 hasta mediados de 2015 y sus policías ubicaron una veintena de fosas en Iguala y otras zonas aledañas a Acapulco.

El Necho esta relacionado con una fracción de Guerreros Unidos y otra más con los Rojos, lo que podría explicar el control que ha ganado en la sierra a través, señala Plácido de sus policías comunitarias.

Gildardo López Astudillo, El cabo Gil y recientemente liberado podría estar operando como jefe de la fracción de Guerreros Unidos, mientras que fracción de Los Rojos, que se alió con El Necho, está al mando de Cándido Nava Millán, El Japo.

ledz

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