Policías que salvaron a mujer de incendio en tienda de Escobedo relatan los hechos

“Esto de ser policía yo siento que no es tanto como un trabajo, es una vocación que tenemos", detalló uno de los elementos de seguridad.

Deyra Guadalupe Figueroa y Ángel Omar Pecina, elementos de la Proxpol de Escobedo / Pamela Villanueva
Pamela Villanueva
Escobedo /

Deyra Guadalupe Figueroa y Ángel Omar Pecina iniciaron su turno de trabajo sin imaginar que salvarían la vida de una joven trabajadora que quedó atrapada dentro de una tienda de autoservicio que era consumida por el fuego.

Los elementos de la Policía de Proximidad de Escobedo relataron que durante la madrugada del sábado recibieron el reporte del 911 por lo que se dirigieron al negocio ubicado en la colonia Laderas de San Manuel.

“Llegamos nosotros y empezamos a mover la puerta para verificar el personal, más gente, ya vemos la situación que se está incendiando, se veían dos montículos de fuego en el interior” relató Ángel.

Aunque no observaban a nadie al interior, debido a los recorridos que realizan todos los días, sabían que en ese negocio hay trabajadores las 24 horas, por lo que con ayuda de su retráctil rompieron los cristales de la puerta.

“Ya cuando se ingresa la verdad no se podía ver nada en el interior por el humo, me dirijo primero a los pasillos y después a cajas pero no se ve ninguna persona, me dirijo a la puerta posterior que está de los baños, empiezo a moverla y a gritarle ‘Policía, Policía de Escobedo’ no contesta nadie y al instante agarró el extintor y es cuando sale la persona hacia el exterior de las instalaciones” explicó.

Deyra pertenece a la corporación desde hace 2 años y 8 meses mientras que Ángel desde hace 12, sin embargo, ninguno de los dos había vivido una situación similar.

“Esto de ser policía yo siento que no es tanto como un trabajo, es una vocación que tenemos; querer ayudar, ser empático con el ciudadano, con las personas, es lo que marca la diferencia”, detalló.

Los policías coincidieron en que su vocación de servicio fue más grande que su miedo, por lo que no lo pensaron dos veces para ingresar a salvar la vida de la trabajadora.

“Solamente es pura inercia, adrenalina, no se piensa, no se piensa”, dijo Pecina.
“Por la adrenalina no siento temor, porque al momento de quebrar los vidrios corres el riesgo de que te caiga un flamazo en la cara o en el cuerpo pero la verdad en ese momento ni lo pensé”, reiteró Figueroa.

Los uniformados aseguraron que este hecho reafirmó su pasión por servir y no dudarán en actuar todas las veces que sea necesario.


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