A manera de broma, los lerdenses no ven la necesidad de trasladarse a Puebla ni al pueblo Amecameca para presenciar de cerca las fumarolas del volcán Popocatépetl, cuando tienen en la empresa Triturados Cribissa un lugar donde que asemeja las grandes exhalaciones, con la diferencia de que en vez de ceniza, el polvo de la roca qué emana de las explosiones del cerro.
Y es que desde varios puntos de la ciudad, sobre todo en los polígonos que conducen a la salida de Lerdo ya sea por el lado de la carretera paralela al canal Sacramento (aeropuerto) o bien en la parte del periférico, se puede apreciar las emanación que salen desde esta piedrera dedicada a la explotación de la piedra de cerro para diversos derivados.
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De esta forma, en el trayecto tanto en automóvil como en camión, se puede apreciar en los techos o patios de casa habitación; fincas o empresas e incluso el pequeño bosque de mezquites ubicado en el camellón central, están cubiertos por ese polvillo blanco, pese al compromiso de la empresa de que aplicaría tareas de remediación para solventar esta contaminación.
De hecho, esta gran nube de polvo que emana en cada explosión se traslada hasta el otro lado del cerro y cae frente al parque Raymundo, por lo que dicha área también está invadida de polvillo.
De esta manera, los habitantes de las colonias Francisco Villa Norte y Sur, Las Brisas y la 20 de Noviembre, entre otros ven a distancia todos los días esa gran nube que invade no sólo el entorno, sino que rocía día, tarde y noche sus azoteas y patios con ese polvo blanco derivado del triturado de la roca.
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