Para los promotores forestales que trabajan en Santiago Papasquiaro, Durango, el bosque forma parte de su vida diaria y trabajan para tener agua limpia y aire purificado.
Jesús Alberto García Díaz de 22 años, habitante del ejido Potrero de Cháirez, el bosque no solo representa el lugar en el que nació, a una altitud de 2 mil 0700 metros sobre el nivel del mar, su trabajo es en el campo y lo ha hecho ir más allá para trabajar arriesgándose por el amor que él siente por su tierra.
Él es uno de los varios promotores comunitarios que buscan fortalecer entre la población, el amor por sus bosques y el cuidado del medio ambiente.
Este programa es incentivado por la Comisión Nacional Forestal, Sedesol, Sagarpa, entre otras instancias.
“Como promotor forestal uno lo que hace es acarrear apoyos a la comunidad por medio de diferentes dependencias tales como la Conafor, Sedesol, Sagarpa. El mismo Ayuntamiento de las cabeceras municipales, es una de las labores, gestionar apoyos”, explicó.
De igual manera dijo que otro de los aspectos que se trabajan, es brindar acompañamiento a las mesas directivas de las comunidades, sin embargo reconoce que el trabajo es tedioso ya que hay diferentes formas de pensar en las personas.
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Refirió que los apoyos no han fluido y las comunidades son quienes lanzan críticas ante la llegada tardía de recursos y apoyos, “hay exigencia por ese lado”, lamentó.
Reconoció que el trabajo de un promotor forestal, es precisamente el de concientizar a la población en sus diferentes niveles, de la necesidad de gestionar estos montos de dinero que finalmente les podrá apoyar para sus diferentes necesidades.
Sergio Daniel Lugo Pacheco, de Enlace de Servicios Ambientales de la Comisión Nacional Forestal en Durango, Promotores Forestales Comunitarios surge como un apoyo para los ejidos que tienen actividad forestal maderable.
“La idea es tener a una persona que coadyuve a las gestiones propias del ejido, como una mano derecha de la directiva, para realizar toma de información, remisiones o cualquier actividad administrativa y de campo que pudiera requerir el ejido”, comentó.
El programa tiene alrededor de 6 años. En la zona se han tenido registrados alrededor de 36 promotores forestales comunitarios, en las regiones de El Salto, San Dimas, Santiago Papasquiaro, Guanaceví y Tepehuanes.
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Al principio se tenían alrededor de 65 promotores.
María Elena Mendoza, promotora del ejido El Rincón explicó:
“Mayormente lo que hacemos es el acompañamiento en las mesas directivas y temas administrativos, hay quienes no tienen conocimiento de computadora, así como realizar los monitoreos en campo, acompañamiento para realizar los trabajos, en conjunto con todos los miembros. Tener un promotor en el ejido ha permitido tener mayor participación de los integrantes de las comunidades”, destacó.