Pubertad: cuándo preocuparse porque no da ‘el estirón’

Niños que no han empezado a tener signos de desarrollo sexual y de talla después de los 13 años podrían tener un problema hormonal.

En la pubertad, una niña crece más o menos entre cinco y siete centímetros por año; y el varón alrededor de siete a nueve centímetros por año.
La falta de la hormona del crecimiento, otra causa de la baja talla.
Maricarmen Rello
Guadalajara /

El niño no crece y ya está por acabar la secundaria". "Sus compañeros son todos más altos". "Las niñas le rebasan por mucho en estatura". Estos son algunos de los pensamientos que resumen la angustia de muchos padres de familia cuando notan que su hijo entró en la pubertad pero no presenta, todavía, cambios notables como el resto de su edad. Este retraso o retardo de la última etapa del crecimiento, bien vale la atención paterna y la consulta a un especialista para descartar que sea consecuencia de un problema hormonal, de nutrición o de una enfermedad o trastorno previo.

"Es bueno que los papás estén atentos a que el crecimiento se presente en tiempo y forma", opinó la especialista en Endocrinología Pediátrica, Mariana García Gutiérrez, quien explicó en entrevista que la pubertad es la última etapa del crecimiento de los niños. Ésta se evidencia por una serie de cambios que suponen la maduración de los órganos sexuales: el crecimiento de senos y la primera menstruación en las mujeres; el agrandamiento de los testículos y la aparición de bigote en los hombres; la aparición de vello en pubis y axilas en ambos, algunos casos de acné... y el aumento de talla que tanto preocupa.

En las niñas la pubertad se presenta entre los diez y once años en promedio, y en los niños alrededor de los doce a trece años. Si algunos signos enunciados anteriormente aparecen antes de los ocho años de edad en las niñas o antes de los nueve años en los varones se habla de "pubertad precoz", explicó García, tras resaltar que las niñas se desarrollan primero que los niños de su edad y es absolutamente normal, dentro de los rangos citados. La diferencia puede ser de dos y hasta cuatro años.

Sin embargo, la pubertad precoz es un problema no sólo porque emocionalmente los chicos pueden sufrir si se desarrollan mucho más rápido que sus compañeros; sino porque esto a la larga compromete su talla pues en un momento dejan de crecer. El riesgo entonces, es que tengan una estatura más baja que el promedio al llegar a la adultez, debido a que el desarrollo temprano puede hacer que las placas de crecimiento de los huesos se fusionen también pronto.

En el otro extremo, está el 'retraso' de la pubertad. "Si después de los trece años no se ve un brote, un signo de crecimiento también hay que vigilarlo de la mano de su pediatra... Si a los 16 años los papás notan que no hay signos de desarrollo puberal es un foquito rojo que debe atenderse", dijo.

La endocrinóloga explicó que una niña crece más o menos entre cinco y siete centímetros por año; y el varón alrededor de siete a nueve centímetros por año. "Al principio las niñas crecen más y los papás se preocupaban porque ven a los varones de menor talla; pero los niños crecen durante mayor tiempo y al final de toda la pubertad, como grupo ellos ya son más altos que; con excepciones individuales".

Hay dos causas por las que se puede retardar el desarrollo en la pubertad: una es el retraso constitucional del crecimiento que se puede presentar en ambos sexos pero es más común en varones; este retraso está dentro de un patrón normal que sin embargo, amerita vigilancia para tener la certeza de que lo es y ejemplificó: "son chicos que salen de la secundaria, ya con 15, 16 años, que apenas dan signos de desarrollo. Son los más bajitos del salón y después, dan el estirón hasta que acaban la preparatoria".

El estirón puberal se inicia cuando se alcanza en la sangre un nivel adecuado de hormonas sexuales, andrógenos o estrógenos. Estas hormonas son responsables de que aumente la cantidad de hormona de crecimiento e inciden sobre los cartílagos de crecimiento de los huesos.

La otra causa de la talla baja es la falta de la llamada hormona del crecimiento. Nuevamente, recalca la entrevistada, es el pediatra quien debe vigilar que tanto el desarrollo sexual como el de la talla sea el adecuado, y en caso contrario enviarlo a un especialista en el tratamiento de problemas hormonales, el endocrinólogo pediatra.

Mariana García mencionó los casos excepcionales donde la talla baja es producto de enfermedades crónico degenerativas, algunos cánceres u otros que comprometen el sistema inmunológico o la correcta absorción de nutrientes; en cuyo caso se debe dar una atención multidisciplinaria para que a la par o después del tratamiento base, se vigile la nutrición y el adecuado crecimiento.

De esta forma, la recomendación es que atienda la natural preocupación y resuelva con el pediatra sus inquietudes sobre cuándo los hijos deben desarrollarse, crecer y dar el estirón; y no esperar a que pase solo el tiempo para saber si es normal el crecimiento en la pubertad; puesto que hay tratamientos para corregir estas deficiencias oportunamente.

Claves
Pubertad y crecimiento

  • El crecimiento del individuo inicia desde la concepción y concluye al término de la pubertad
  • La genética influye en la talla que finalmente tendrá cada persona
  • Desnutrición y enfermedades crónicas pueden traducirse en talla baja

Etapas

  • Infancia: El primer año de vida un bebé crece 25 centímetros; el segundo año, 12 cm; a los tres años el aumento de talla es de 10 cm y a los cuatro años crece 8 cm en promedio
  • De los cuatro años a la etapa prepuberal el crecimiento varía de 5 a 7 cm anuales
  • En la pubertad las niñas crecen de 5 a 7 cm y los niños de 7 a 9 cm por año
  • La pubertad precoz comienza antes de los 8 años en las niñas o antes de los 9 años en los niños
  • La pubertad se ‘retrasa’ cuando no hay signos de maduración sexual ni de crecimiento tras los 13 años

Fuente: IMSS

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