Crematorios de La Laguna, a la espera de una genuina regulación

Los centros de incineración cuentan solo con permiso de funcionamiento debido a una pausa en el proceso de reformar la Ley General de Salud.

De acuerdo a la legislación sanitaria internacional, los centros de crematorios deben encontrarse regulados. (Omar Franco)
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila /

Respecto al impacto ambiental que puede generar el cuerpo humano al ser llevado a las cenizas después de ser incinerado por medio de centros crematorios de agencias funerarias, en La Laguna no hay regulación que mida con exactitud los niveles de contaminantes que emanan ante la combustión del cuerpo. 

De acuerdo a Christian Arriaga Jiménez, ingeniero ambiental, el proceso de incineración de un cadáver conlleva cierto tipo de impacto ambiental desde la acción de cremar el cuerpo, incluso después, en caso de esparcir las cenizas en suelo o en el agua. 

El especialista aclaró que el cremar un cuerpo implica que la combustión emana considerables cantidades de dióxido y monóxido de carbono, mercurio y óxido de nitrógeno, sin embargo, considera que no es un peligro ambiental a comparación con los gases que llegan a emitir los automóviles. 

“Para las personas que se encuentren cerca de las emisiones de tales gases, al paso del tiempo pueden presentar un impacto en la salud por la calidad de aire que respiran, por lo que los crematorios en la actualidad cuentan con filtros y sistemas de control de emisiones que reducen la contaminación ambiental”.

Al respecto, el artículo 348 de la Ley General de Salud indica que la incineración de cadáveres solo podrá realizarse con la autorización del oficial del Registro Civil que corresponda, quien exigirá la presentación del certificado de defunción y solo podrá realizarse en lugares permitidos por las autoridades sanitarias competentes. 

Los cuerpos deberán inhumarse, incinerarse o embalsamarse dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la muerte, salvo autorización específica de la autoridad sanitaria competente o por disposición del Ministerio Público, o de la autoridad judicial. 

La cremación de cada cadáver dura al menos tres horas y el peso de las cenizas asciende a alrededor de 3 kg. La cremación de los órganos y tejidos de un cuerpo se da a través de un proceso de combustión que puede alcanzar más de mil grados centígrados. 

Actualmente los hornos crematorios son evaluados a través del cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-043- SEMARNAT-1993 que establece los niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de partículas sólidas provenientes de fuentes fijas. 

De acuerdo con la norma, los hornos crematorios no pueden emitir arriba de 40 miligramos por metro cúbico de partículas suspendidas, 120 miligramos por metro cúbico de monóxido de carbono (CO) y 180 miligramos por metro cúbico de óxidos de nitrógeno (NOx).

Falta regular en La Laguna

Dentro de la Jurisdicción Sanitaria número VI de Coahuila, que abarca Torreón, Matamoros y Viesca, están dados de alta seis crematorios, de los cuales cinco son particulares y únicamente cuentan con permiso de funcionamiento y carecen de regulación, esto debido a que actualmente hay una pausa en el proceso de reformar la Ley General de Salud y modificar los reglamentos. 

Miguel Valadez de Alba, coordinador del área de Regulación Sanitaria, de la dependencia de salud con sede en Torreón, explicó que es una situación que actualmente se vive a nivel nacional y que por el momento funcionan con un trámite obligatorios, igual al de cualquier otro giro que preste servicios a la comunidad. 

“En el giro de crematorios hay una pausa en materia de regulación por el hecho de que se está reformando la ley general de Salud, por ende, se modificará el reglamento, ya que venían operando con avisos de funcionamiento, un trámite obligatorio a negocios que ofrecen servicios a la comunidad”.

Aceptó que de acuerdo a la legislación sanitaria internacional los crematorios deben estar regulados y deben saber qué contenido tienen sus emisiones al ambiente. 

Los crematorios deben tener hasta tres filtros antipartículas y antiolores. Aún así, con la temperatura adecuada de incineración, más los filtros, no debe despedir olor a carne quemada, pero debido a los huecos en legislación, no hemos podido actuar”. 

Explicó que toca regular los establecimientos que ofrecen los servicios de incineración e inhumación de restos humanos y de animales, con lo que se podría tener un padrón de los establecimientos y sus actividades de funcionamiento, así como en constante revisión para estar dentro del marco normativo en materia de salud y medio ambiente. 

“Ahora cada crematorio cuida sus emisiones, pero sabemos también qué hacer una medición de ese tipo es muy costoso, por eso estamos a la espera que se publiquen las reformas en el Diario Oficial para entrar de lleno”. 

Los costos para aperturar un crematorio están entre los 72 mil pesos por permiso de instalación y operación de sistemas de incineración de residuos peligrosos. 

En Gómez Palacio están en funcionamiento dos crematorios, uno de Jardines Puerta del Cielo y el de Funerales Rosales.

Cremaciones en México

En nuestro país de acuerdo con los historiadores e investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, formaba parte del ritual prehispánico, sin embargo; a partir de la conquista por los españoles, esta práctica fue prohibida. En 1877 el Consejo Superior de Salubridad autorizó la incineración de animales muertos con el propósito de evitar que fueran consumidos por indigentes o que se transforman en focos de emanaciones pútridas. 

La cremación fue bien recibida en México por parte de la corriente higienista que predominaba en esa época, quienes habían valorado las exhalaciones tóxicas de los cadáveres, las características de los cementerios en la ciudad de México, al presentar como inconvenientes, la destrucción incompleta del cadáver y la filtración de contaminantes hacia el subsuelo. 

Hacia el siglo XIX la inhumación tomó un nuevo camino, el cual no era posible continuar enterrando a los muertos debajo de las iglesias en donde, por el subsuelo lodoso, el olor de los cuerpos en descomposición alcanzaba a la gente.

Estudiantes de FCA se quejan de malos olores

En el Hospital General de Zona Medicina Familiar 18 del IMSS ubicado en Torreón, se construyó un crematorio para que funcionara como apoyo en los momentos más crudos que se vivieron por la pandemia del covid-19. 

Sin embargo, ahora personal y alumnado de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), que se ubica justo a un costado, señalan que sigue en funcionamiento y que creman cuerpos por las mañana, por lo que los aromas alcanzan a ser percibidos. 

Al respecto, el área de comunicación social del IMSS Coahuila indicó que se trata de un horno ultra-ecológico y de los más modernos, el cual no emite contaminación ni emite olores. 

Sin embargo, por medio de sus celulares algunos alumnos han grabado cómo emana un tipo vapor de la chimenea que se alcanza apreciar y a decir de los quejosos, es un aroma desagradable.

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