Para muchas familias, una mascota llega a ser un miembro más de la familia e incluso, el único ser que les hace compañía, es por ello que al partir de este mundo dejan un hueco en el interior de las personas, tal como un duelo que se lleva ante la pérdida de un familiar cercano, con el mismo dolor y tristeza.
El tanatólogo Mario Alberto Carrillo García, director del Centro Académico y Psicológico de Educación para el Desarrollo (CAPED) sede Laguna, asegura que en los tiempos modernos ha aumentado el rango de situaciones donde una persona llega a sufrir un proceso de duelo no solo al perder a un ser querido, ya que incluso un animal o un simple objeto puede ser sumamente significativo para su dueño.
“La sociedad actual está pasando por cada vez más situaciones que le genera duelos por pérdidas, no solo del carácter familiar o humano, sino materiales y hasta de mascotas. Es algo que antes no se veía y que ahora es uno de los retos de la tanatología del siglo XXI, donde un animalito puede llegar a ser querido al igual que una persona y generar las mismas emociones de tristeza por su pérdida”, compartió.
Datos de la Agencia GFK, dedicada a estudios de mercado, estiman que hasta un 56 por ciento de la población mundial cuenta con una mascota en casa, además de que latinoamérica encabeza el sector con mayor gusto por las mascotas, con Argentina y México en la punta hasta con un 80 por ciento de hogares con alguna mascota.
Por su parte, cifras similares muestra el portal del Instituto Nacional de Estadística, Geografía y Estadística (INEGI), donde indica, en México hasta ocho de cada diez hogares cuentan con al menos un animal en casa, en su mayoría perros.
Primera pérdida significativa
El especialista Carrillo García comparte que mientras que para unos, llorar y llegar a deprimirse por la partida de un perro o gato puede ser visto como exagerado, es una realidad que la muerte de una mascota llega a ser la primera pérdida significativa que genera un duelo en la vida de una persona, principalmente en la etapa infantil.
Esto detona posteriormente duelos profundos en edad adulta, donde se refleja que no se ha logrado superar la pérdida de un ser a edad temprana, por lo cual se debe respetar la tristeza de gente que externe su tristeza al perder a su ser animal querido.
“En la tanatología la historia de los duelos de las personas es importante, ya que por lo regular la gente acude por la muerte de un familiar, pero ahora hay que trabajar el primer duelo de su vida donde pudo haber sido una mascota, incluso ese primer duelo no se supera y se refleja en los duelos posteriores”.
“La fidelidad, el acompañamiento y el calor de una mascota son algunas de las características que marcan a una persona, por lo que el duelo por una mascota debe ser tan respetable como cualquier otro tipo de duelo, pues en muchas personas un animal toma parte de su vida”, añadió el especialista.
Proceso de duelo
El proceso del duelo inicia con la desorganización aguda del yo donde hay incredulidad. En la siguiente etapa entra el enojo, tristeza y culpa, luego viene el reconocimiento y aceptación de ya no tener el ser u objeto perdido, y al final se aprende a vivir sin ello, todo, sin un tiempo determinado en cada etapa de duelo.
A decir de la especialista en tanatología con animales, Adriana Hernández Moreno, en la actualidad ha crecido la tendencia de parejas que optan por tener una mascota en su hogar en lugar de procrear un hijo, por lo cual se les ha llegado a denominar como ‘perrijos’ a animales que forman parte importante del hogar, con diferentes responsabilidades de cuidado al de un ser humano, pero con un apego y cariño muy parecidos.
“Es válido tener amor, y si es hacia una mascota te enseñará a ver lo que es un amor sincero e intenso que al partir, llegan sentimientos que ni la misma persona conocía”.
Despedida digna de un animal
La especialista Adriana Hernández es testigo de la tristeza y dolor en una familia que se despide de un ser animal que vivió con ellos por años al ser visto como un integrante más de la casa, ya que ofrece servicios funerarios para mascotas desde hace 5 años en el crematorio “Huellitas con alas”, en el cual además se ofrece un acompañamiento tanatológico. Detalla que es claro que algunas personas sufren ante una pérdida animal, debido a que en sus mascotas depositan algo más que la confianza y sus sentimientos, reconocen el nivel de su lealtad y su acompañamiento incondicional durante su corta vida con un homenaje fúnebre.
“Hay gente que no puede con el dolor de que se haya muerto su mascota, incluso vienen de otras partes del país a ser tratados tanatalógicamente debido a que presentan fuertes depresiones al no aceptar la pérdida de sus animalitos, aquí se acompaña y se atiende para sobrellevar en una etapa donde no saben ni qué hacer”, comparte la tanatóloga.
Además de perros y gatos, se creman, hamsters, conejos, hurones, patos y otras aves, a los cuales se despide mediante una ceremonia frente a sus dueños, se incinera y se entrega ya sea en una urna o en un empaque de papel sise desea utilizar las cenizas como abono de una planta o árbol.
La tanatóloga y empresaria comparte en su experiencia, que los adultos mayores son quienes más sufren la pérdida de un ser animal querido, ya que en su mayoría, eran la única compañía que tenían, por su parte la etapa infantil es donde se puede sobrellevar con más facilidad un duelo.
“Los adultos mayores son los que más sufren un duelo al morir una de sus mascotas pues en ocasiones son lo único que tienen, en cambio en un niño es más fácil pues tienen un concepto diferente respecto a la muerte, sin embargo hay que aclararles que la muerte es permanente y no engañarlos diciendo que su perro se perdió o que escapó, eso genera estrés”, dijo.
En tiempo de calor en la región lagunera es cuando fallecen más animales, en su mayoría mascotas adultas, mientras que en invierno fallecen más especies pequeñas.
Adriana Hernández optó por aperturar este espacio debido a que viene de una familia que ha manejado funerarias, etapa donde se formó como tanatóloga para ofrecer este servicio a las personas que así lo requerían, sin embargo, vio la oportunidad con un crematorio de animales ya que detectó que las personas pasan por situaciones de duelo similares.
“Al principio yo no quería solo ser parte de una funeraria sino que quise ver la manera en que la gente superara sus pérdidas, estudié tanatología y empecé a acompañar a pacientes, pero después vi todo lo que podemos perder, y lo que puede no ser importante para alguien, para otra persona puede representar todo, lo mismo pasa con los animales”.
“Me costó aprender el sentimiento y el amor tan intenso y puro que se llega a tener por una mascota, ahora con el crematorio lo veo muy seguido”, añadió.
El proceso de incineración Una carroza pasa por el cuerpo de la mascota, luego se lleva al crematorio y se lleva a cabo una ceremonia de despedida y de acompañamiento de las familias con las cenizas del animal presente.
La mascota entra completa al crematorio y luego de más de una hora, al terminar el proceso según sea el peso del animal, luego, al ser incinerados los restos quedan pequeños huesos que trituran para ser la ceniza que se entrega al cliente.
Además, se entrega una constancia con fotografía de la mascota y su respectiva urna.