Del CECyTEC a la UNAM; la historia del joven que vende elotes para cumplir su sueño

Además, el joven lagunero creó un complemento alimenticio a base de harina de lenteja y garbanzo en forma de golosina con alto contenido proteico.

a localidad de Hormiguero, municipio de Matamoros, Coahuila. (Luis Carlos Valdés)
Luis Carlos Valdés
Torreón, Coahuila. /

Alejandro Rocha Reverte tiene 18 años de edad y desde pequeño le decía a su madre que él se iría a estudiar lejos de su pueblo y lo logró. La localidad de Hormiguero, municipio de Matamoros, Coahuila que se ubica 25 kilómetros de la ciudad de Torreón, egresó del CECyTEC Plantel Coyote y fue aceptado para ingresar a la UNAM para estudiar la licenciatura en Geografía con especialidad en Geografía Política, su objetivo: Solucionar conflictos mundiales.

A quién no se le antoja un elote empanizado en Doritos Flamin molidos bañado en crema, queso amarillo y extra chile a 25 pesos, o pedir un elote sencillo con mantequilla, sal, crema y chile a 15 pesos, tal vez unos “totopos kiubo”, preparados con elote, crema, queso amarillo y catsup a 10 pesos. 

La venta de estos productos forman parte de la iniciativa que emprendió Alberto Alejandro para tener recursos y poder realizar el viaje para iniciar sus estudios en la UNAM; esto afuera de su casa en el ejido Hormiguero, Coahuila, en la carretera Torreón-San Pedro, justo frente a la carretera, en la casa de su madre Elizabeth Reverte.

El tener una vocación de servicio y valores arraigados por familia, amigos y maestros ha sido la constante en Alberto Alejandro. Graduado del bachillerato técnico en Mantenimiento Industrial, fue uno de los pocos elegidos en ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM, tras aprobar su examen de admisión con un puntaje de 99 de calificación.

“Le dicen el profe, ya que hay maestros que lo dejan a cargo de la clase, y es muy dado en ayudar a sus compañeros en materias que no logran entender”, comenta su madre.

Además, durante su estancia en CECyTEC Coyote, desarrolló un prototipo alimenticio, que lo llevó a la fase estatal de la Feria de Ciencias e Ingenierías Coahuila 2019, con un complemento alimenticio a base de harina de lenteja y garbanzo; se llamó Alimax, la nueva forma de comer lentejas: “Era una suplemento en forma de golosina con alto contenido proteico. Por ser alto en proteínas iba dirigido a personas embarazadas, con diferentes estilos de vida como los veganos, entre otros”.

Y aunque no pasó a la etapa nacional, hoy el reto que tiene enfrente es aún mayor. Seguro de sí mismo, Alejandro trabaja todos los días en el pequeño negocio que emprendió para obtener recursos y realizar el viaje y su permanencia en su carrera. 

Sabe que sus padres han hecho un esfuerzo sobrehumano para darles una calidad de vida a sus hermanos y a él. Su madre ama de casa y su padre barrendero. Su máximo deseo es regresar a su tierra con el título en la mano: “Han hecho un esfuerzo importante; he tenido excelentes maestros que te tratan además de como alumno, como compañero y amigo. He tenido el gran ejemplo de mi familia, compañeros y profesores”, expresa.

Sabe que estos valores inculcados, le han puesto “la espinita” de no conformarse, sino querer más:”He conocido personas que desaprovechan sus recursos, pero no, hay que aprovecharlos y seguir adelante”, exhorta.

​EGO

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