Por más de cuatro décadas, el Policía Tercero, Raúl Mota Castillo, ha servido dentro de la Policía de Tamaulipas hoy llamada Guardia Estatal. El elemento ha escrito una historia de orgullo y sacrificios que se tradujo en el inicio de un legado familiar.
Motivado por la búsqueda de una estabilidad económica, en la década de los ochenta, ingresó a la entonces Policía Rural, esto le permitió conocer los 43 municipios de Tamaulipas y sus colindancias con otras entidades y el río Bravo, recopilando anécdotas de sus entrenamientos, como los accidentes a caballo.
Su ejemplo, inspiró a sus hijos a servir como policías durante más de una década, “Para ser policía, tiene que tener uno condiciones, tiene que tener más que nada espíritu de servicio, dejar todo a veces a cambio de nada, deja uno familia, hijos, nietos, todo, pero se siente muy bonito ser policía”, dijo.
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Actualmente, se desempeña dentro del área de Policía Auxiliar de la Guardia Estatal e invitó a las y los nuevos integrantes de esta corporación a honrar el uniforme y recordar por qué decidieron ingresar a esta carrera cuyo principal requisito es la vocación de servicio.
“Ser policías es un gran orgullo, no es una carrera cualquiera, es de las más difíciles que hay y es un gran honor, el policía tiene que ser leal, tiene que ser objetivo, sabe que, si ahorita está vivo, mañana quién sabe”.
Durante la reciente conmemoración del Primer Aniversario de la Guardia Estatal, Mota Castillo recibió un reconocimiento por parte del gobernador Américo Villarreal Anaya, esto, representó una gran satisfacción personal y un orgullo para su familia.
Reconoció que la capacitación policial ha mejorado con el apoyo de las nuevas tecnologías y la voluntad de quienes ocupan cargos superiores dentro de la corporación y permiten la profesionalización constante del personal.
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yc