La reactivación económica y la recuperación de empleo en este 2022 presenta rostros de informalidad, ante lo cual, es fundamental mejorar en materia laboral y fiscal; además, todavía falta camino por recorrer para regresar a los niveles que se tenían previo a la pandemia.
Mar Estrada Jiménez, coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que la recuperación de empleos se ha dado en condiciones de informalidad o legalidad precaria.
Al mismo tiempo, los actuales sistemas de contribución no benefician a empleadores potenciales y golpean el bolsillo del ciudadano común, situación que requiere una revisión con el objetivo de impulsar la economía.
En Puebla, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOEN), la población ocupada en diferentes sectores de la economía es de dos millones 927 mil 784 personas, al cierre del año 2021 e inicio de este 2022.
De la población ocupada, el 70.8 por ciento se reportó en condiciones de informalidad laboral, es decir, dos millones 74 mil poblanos que trabajan sin la protección por parte quien los tiene contratados o carecen de prestaciones de ley.
Al cierre del cuarto trimestre de 2021, Puebla reportó 117 mil 82 personas en condiciones de desempleo, lo que representó una tasa de 3.8 por ciento respecto a la Población Económicamente Activa (PEA).
Para la investigadora en economía de la Ibero Puebla, los factores macroeconómicos han tenido efectos que la mayoría de los poblanos y, en general, de los mexicanos han resentido, pero particularmente los de menores recursos.
“Si bien el año empezó con un aumento del 22 por ciento al salario mínimo, de 141.70 a 172.87 pesos diarios, la subida en los precios de productos básicos nulifica los beneficios de percibir mayores ingresos”, apuntó.
La coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Universidad Iberoamericana Puebla explicó que, en el país, la inercia negativa no ha encontrado un alivio suficiente en la recuperación del cinco por ciento que tuvo el Producto Interno Bruto (PIB) en 2021.
“La desaceleración era previsible. De hecho, diversos actores advirtieron que el país se precipitaba a un periodo de inflación desde el inicio del sexenio del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador”, comentó.
Señaló que los problemas para alcanzar una recuperación económica se presentan por las complicaciones que enfrentan las cadenas de valor internacionales y el aumento de los precios de los productos y materias primas.
“El mercado global provoca que, si un eslabón falla, toda la producción de un producto se vea afectada. Esta desaceleración económica es producto de que la economía no se pudo recuperar de los cierres de actividades”, apuntó.
Por último, la especialista de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita destacó que ante la inestabilidad económica, es necesario planificar las compras y no hacer gastos innecesarios; utilizar créditos de manera inteligente; preparar alimentos en casa y limitar las comidas fuera, e implementar la cultura del ahorro en la medida de las posibilidades.
CHM